Una Educación en la Ciencia y el Compromiso y Responsabilidad Social

15.07.2019 16:34

Una Educación en la Ciencia

y el Compromiso y Responsabilidad Social*

Luis Ignacio Hernández Iriberri**.

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15 jul 19

 

                                 Hacemos aquí una reflexión sobre los trabajos de la primera fase del “Diplomado en Educación Alternativa”.  La dialéctica aplicada a su comprensión, nos permite entender que, tal como en un imán con un polo positivo y otro negativo, siempre tendremos una unidad de opuestos, aquí, en la caracterización de un “un nuevo momento de discusión que determine nuestro actuar”; la “Cuarta Transformación de la República” es, a la vez que cualitativamente una “recomposición de capital” en los objetivos de la oligarquía; en su proceso, es también, en lo cuantitativo, una revolución en la necesidad histórica de la lucha del proletariado.  Ello se expresa acertadamente en la caracterización del desarrollo de sus contradicciones, por las que, dado un régimen con una nueva identidad (lo cualitativo), éste habrá de entrar ahora en su propio proceso de negación a sí mismo (lo cuantitativo), que lleve a una aproximación mayor al poder popular y la realización de una economía autogestiva, que de momento ha de pasar por una condición de economía mixta compartida con el capital oligárquico.

 

                                 De ahí la obligatoriedad de <<prepararnos para las necesidades del momento actual>>, en el cual, en la afectación profunda en el aspecto educativo, la tarea a contrapropósito de la laicidad en las responsabilidades del Estado, tiene que ser asumida ahora doblemente por la lucha popular.

 

                                 Se está dado en este momento un salto cualitativo por el cual se hace necesario pasar ya, de la comprensión de los fundamentos filosóficos en la teoría del conocimiento materialista dialéctico, a la aplicación del despliegue de ésta en los métodos de la sistematización del conocimiento, resolviendo una mayor consistencia lógica tanto en la identidad del fundamento filosófico, como en la teoría pedagógica y la ciencia y su método.

 

                                 Esa necesidad se puso de manifiesto en la discusión sobre la propuesta del método de “Investigación-Acción Participativa” (IAP), que, sin más, al parecer sin mediación de análisis crítico alguno, se ha tomado como parte del marxismo, y, en ese sentido, como expresión de la dialéctica materialista.  Y todo ello, no casualmente, dadas las influencias del revisionismo que nos viene dado de las universidades y su intelectualidad burguesa, de académicos e investigadores de la “ciencia <<oficial>> institucional”, al servicio de los intereses de la clase explotadora, que, con la estrategia de la “falsa bandera” se presentan como “marxistas” y “dialécticos materialistas” con un lenguaje muy revolucionario, que ha engañado por décadas, no obstante, al proletariado más avanzado que no ha podido ver en términos como el “nuevo marxismo” (o “neomarxismo”), la pretensión de declarar “caduco” al Marx original del siglo XIX.  Y en las variantes de ello, en el llamado “marxismo crítico” (una especie de redundancia dado que el marxismo es crítico por excelencia), donde lo “crítico” no se refiere al juicio racional, sino a las raíces del “criticismo” o “trascendentalidad” kantiana; hasta alentar a posiciones burguesas reaccionarias al mismo recurso del deliberado error lógico de suplantación de tesis, como ha ocurrido en el absurdo del “marxismo posmoderno”, en las propuestas de los llamados “pensamiento complejo” y “pensamiento crítico”, en los que se pretende hacer de Marx un ramplón idealista subjetivo a modo.

 

                                 En esta incesante e incansable lucha ideológica en la que aparentemente “nada nos parece”, que “con todo estamos en contra”, y que “no somos capaces de ceder racional y tolerantemente con algún aporte adicional diferente al la dialéctica materialista”, es necesario aclarar que una condición muy específica de la teoría científica, en este caso de la teoría científica de la dialéctica materialista, es su consistencia lógica; esto es, el que ésta no se puede presentar como un agregado de cosas disímbolas pero que aparentemente pueden adecuarse, sino que todos sus elementos, incluso los que pudiera tomar de fuera, deben ser enteramente deducidos unos de otros dentro de la misma teoría.

 

                                 Así es el caso de la propuesta de la llamada “Investigación-Acción”, que si bien pareciera adecuarse en el proceso de investigación a los propósitos de conciencia social y política del marxismo, es en realidad un agregado pernicioso en la dialéctica del conocimiento; empezando por el hecho de que pareciera “llenar el vacío” en la falta de método en la sistematización del conocimiento de la dialéctica materialista, lo que no es así, pues en realidad, la ciencia y su método de sistematización del conocimiento, se identifican con la lógica dialéctico materialista, de modo que no se necesita hablar del “método de investigación-acción” ni como un complemento, ni mucho menos como sustitución; sino del método de la ciencia en sí, en el que se realiza lo esperado de la “investigación-acción”, y más aún.

 

                                 Para una mayor comprensión del problema, debe distinguirse ahora entre lo que ha sido el método de la ciencia de la modernidad (incluso como modernidad de la Ilustración), en donde se entiende que, del conocimiento, se sigue el saber; y el método del saber de la posmodernidad, éste como lo opuesto y negación de aquel, en donde se entiende que es del saber que se sigue el conocimiento.  Y así, el método de la ciencia de la modernidad tiene como propiedades esenciales el descubrimiento del conocimiento verdadero en su objetividad, su causalidad, su demostración lógica o hipotético-deductiva, su comprobación experimental como en la práctica histórico-social, y en la previsión científica, a partir de lo cual se obtiene el saber.  Y frente a ello, el método del saber de la posmodernidad, que tiene como atributos el ser dialógico, es decir, comunicativo o de la compartición de la subjetividad del saber en el diálogo de saberes; a partir de lo cual se prescinde de la lógica y en consecuencia del procedimiento hipotético-deductivo, con lo cual no se pretende el “conocimiento verdadero” ni ninguna corroboración experimental; sino, dado el principio de subjetividad, sólo una validación del saber por el consenso de ese diálogo de saberes, como por el “principio de autoridad”.

 

                                 Cuando el método de la ciencia de la modernidad parte del reconocimiento de la realidad objetiva, es decir, de que existe un mundo de los objetos materiales fuera e independientemente del pensamiento; de que, en consecuencia, el conocimiento es el reflejo objetivo de la realidad objetiva, y que ello quiere decir que el pensamiento, en su naturaleza, subjetivo, debe ajustarse a la realidad tal cual la realidad es, se plantea, por principio, el tener que incidir en dicha realidad, y aunado al hecho de que se plantea la corroboración experimental, reconoce el partir de lo empírico y lo concreto, sin que necesariamente ello signifique “involucrarse y hacerse uno con el fenómeno”; pero cuando se plantea la demostración lógica o hipotético-deductiva, reconoce el “hacer distancia”, el abstraerse o separarse elevándose de lo empírico-concreto a lo teórico-abstracto en el proceso del conocimiento.  Contrariamente a ello, cuando el método del saber de la posmodernidad parte del principio de subjetividad, rechaza en principio la posibilidad del conocimiento verdadero, el cual suple por el criterio de “validación” en el consenso del diálogo de saberes y el principio de autoridad.  Y no necesita así de lo teórico abstracto, considerando que el saber, le viene exclusiva y suficientemente de lo empíricamente dado a los sentidos en la acción práctica.

 

                                 Y esto se explica dados los fundamentos filosóficos del método de la investigación-acción participativa: la fenomenología, el existencialismo, el pragmatismo, y el llamado “pensamiento complejo”*.  La fenomenología plantea el estudio empirista de los fenómenos como su descripción a partir de la descripción misma de la conciencia del sujeto vinculada a ellos, por lo cual el fenómeno es según dicha conciencia.  El existencialismo, por su parte, contribuye con la idea de que el sujeto es según la reflexión que hace a partir de su propia experiencia de vida.  El pragmatismo, a su vez, que plantea que el conocimiento cierto, válido (“verdadero”), es sólo aquel de utilidad práctica, omitiendo toda teorización.  Y el “pensamiento complejo”, que considera; contrario al principio baconiano de la ciencia de la modernidad, de: “avanzar a la luz del conocimiento y de la certidumbre de sus leyes”, lo cual dio la caracterización al siglo XVIII como el “Siglo de las Luces”, o del “Periodo de la Ilustración”; el posmoderno “pensamiento complejo” plantea, en lo directamente opuesto, el “avanzar en la oscuridad y en la incerteza” en el discernimiento de los elementos del fenómeno y sus relaciones, lo que, por definición, se convierte en un principio oscurantista que nos devuelve, con todos los otros fundamentos filosóficos mencionados, a la Edad Media.

 

                                 En consecuencia, cuando en el “Programa Nacional  Alternativo de Educación y Cultura” se plantea un fundamento dialéctico materialista, pero en lugar del método de la ciencia que le es inherente a él y que resuelve lo mismo y más esencialmente que lo que lo hace la investigación-acción, y se establece en él otra metodología, por lo demás, en la teoría del conocimiento filosóficamente contrapuesto, lo menos que se puede decir, es que hay una absoluta inconsistencia lógica (es decir, popularmente dicho: “muestra que no se sabe lo que se está haciendo”; pero, peor aún, en “la peor de las filosofías” como diría Engels, el eclecticismo, que pretende tomar “lo mejor” de cada cosa y se acaba haciendo un esperpento en el que se concede aún a los intereses de los que es necesario combatir).

 

                                 Vayamos pues, al estudio y aplicación del método de la ciencia, ahora ya no gnoseológico, sino en la sistematización del conocimiento; es decir, “por fin”, socializándolo.  Si se pregunta a cualquiera en qué consiste el método de la ciencia, su respuesta, seguramente, será que en la observación, la descripción, el análisis, la explicación y la síntesis; y esa máxima generalización hace al método de la ciencia tan simplista, que da lugar a las posiciones idealistas burguesas reaccionarias y hasta oscurantistas, a considerarlo y declararlo, junto con todo lo aportado por la modernidad ilustrada, como “superado”; cuando el mismo nunca ha pasado por su socialización; esto es, el que todos lo sepan hacer y utilizar en la cotidianidad, de modo que a problemas más complejos, se innove en dicho método, entonces sí, desarrollándolo y superándolo.

 

                                 La invitación es, pues, a estudiar y socializar el método de la ciencia aplicado en la operatividad de la sistematización del conocimiento.  El programa de educación propuesto puede enunciarse como “alternativo”, pero, en realidad, el problema está en que ya no hay alternativa, simplemente tiene que ser; y la razón es sencilla: a la luz de lo dicho por diversos especialistas en la primera fase del Diplomado, que se aúna con el Informe de la ONU sobre el riesgo de extinción de la especie humana a partir del 2050, tenemos que hacer conciencia aquí, en este foro de docentes de educación básica, que, en consecuencia, se tendría en las manos a la última generación de la humanidad que potencialmente estaría en capacidad de resolver científico-técnicamente y revertir el problema; la condición es, pues, que desde ya, esos niños entiendan el concepto de la ciencia, y aprendan a aplicar el método de la misma.  Pero, si bien se ve -para terminar-, el problema y la solución real, no son esos niños, sino los docentes que en este momento los tienen en sus manos.

 

 


*        Reflexión en el XVI Curso-Taller del Educador Popular y el VIII Seminario de la Red de Investigadores y Organizaciones de America Latina (RIOSAL), La Llave, San Juan del Río, Qro; 15-20 julio 19; a los trabajos de la primera fase del “Diplomado de Educación Alternativa”, convocado por el Comité Ejecutivo Nacional Democrático (CEND-SNTE); Facultad de Economía, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), Morelia, Mich; 10-12 julio, 2019.

**      Editor de la revista electrónica de geografía teórica: https://dimensionalidad.webnode.mx/.  Geógrafo, con estudios de posgrado en su especialidad, egresado de la UNAM; con Maestría en Educación Superior; y estudios de Doctorado en Filosofía por el Centro de Investigación y Docencia del Estado de Morelos (CIDHEM).

*        Véase a través de un buscador por internet: “fundamentos filosóficos de la Investigación-acción participativa”, documentos de autores que comparte esa misma posición y dan cuenta explícita de esos fundamentos filosóficos.