Sujetos de Aprendizaje y Psicopedagogía. Introducción (2/)
Sujetos de Aprendizaje y Psicopedagogía.
Introducción.
Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.
https://dimensionalidad.webnode.mx/
14 may 15.
Introducción.
A partir del “Congreso Internacional para la Nueva Educación” de 1921, convocado en Estados Unidos por el primer psicólogo profesional norteamericano, Granville Stanley Hall (1844-1924), luego de un más o menos largo proceso de experimentar la aplicación de la psicología en el ámbito de la educación, principalmente en Francia desde el último tercio del siglo XIX, se establece formalmente la teoría de la psicopedagogía como fundamento de la educación; esto es, de donde, a partir de la psicología como el estudio de la conducta “pulsiva” o inconsciente del individuo, se conduce al sujeto a un proceso de aprendizaje y conocimiento.
Por lo menos, una de las categorías fundamentales de la psicopedagogía, si no es que la más esencial, es la de “sujeto de aprendizaje”; es en ello, entendiendo al “sujeto de aprendizaje” no como un colectivo, sino como una entidad individual, en que se centra dicha teoría. Sin embargo, la discusión de tal categoría esencial no puede hacerse racionalmente, sin considerar los antecedentes acerca del “sujeto de aprendizaje”, que por poco más de los dos siglos y medio anteriores (1650-1921) a la formal aparición de la psicopedagogía, tuvo un tratamiento de carácter sociológico, en lo que, por oposición, se denomina como teoría sociopedagógica. Más aún, donde esta sociopedagogía, al ser considerada como el antecedente necesario a superar desde las propuestas de la psicopedagogía, la misma la desdobló en dos corrientes sociológicas: 1) la “sociología histórica” (la sociología ya existente), con fundamentos morales de la conducta consciente del individuo formando su responsabilidad y compromiso social, en la educación, en la línea de pensamiento de Makarenko (1888-1939), misma que se rechazó en el “mundo occidental”; y 2) la llamada “sociología cultural”, con fundamentos en una “psicología social”, en la educación, en la línea de pensamiento de Vygotsky (1876-1934), creando la pretendida solución en el “justo medo”, de la “psicología histórico cultural”, ya aceptada en el “mundo occidental.
Debemos distinguir las categorías de “sujeto de aprendizaje” (aquel que aprende), de “sujeto de enseñanza”, como el “colectivo que participa en el proceso educativo”: estudiante, docente, autoridades escolares.
A partir del concepto de “sujeto” (del latín, subjicere, lo puesto por debajo), referido literalmente a lo que está subordinado, pero que en filosofía se toma como al “individuo que piensa”, el “sujeto de aprendizaje” es exclusivamente el estudiante pensante subordinado al aprendizaje; en tanto que el “sujeto de enseñanza”, es todo lo demás pensante en colectivo, subordinado a una administración y política educativa del Estado.
De la misma manera, deben distinguirse las propiedades de la categoría opuesta a la de “sujeto”; esto es, las propiedades de la categoría de “objeto” (del latín objectum, u objicere; poner por delante), referido, por su parte, al mundo de los objetos materiales fuera del pensamiento del sujeto. Y así, aparece, bajo la categoría de “objeto”, tanto el mundo de los objetos en general, indiferentes, en torno al sujeto, como aquel objeto particular diferenciado que se convierte en “objeto de conocimiento”.
Es así que se tienen dos categorías fundamentales: sujeto y objeto, como condición necesaria del proceso del conocimiento y aprendizaje. Del tratamiento y respuesta que se de a la relación sujeto-objeto, se resuelve, en general (gnoseológicamente), por una parte, el problema fundamental de la filosofía; pero, a la vez, en particular y en función de una teoría del conocimiento dada (una gnoseología o epistemología que se elabora precisamente en el campo de la filosofía), se resuelve un fundamento teórico-pedagógico dado: en general, sociopedagógico (el conocimiento como reflejo y representación de la realidad objetiva en la educación, en un proceso de aprendizaje consciente); o psicopedagógico (el conocimiento como una “elaboración de ideas” personal, con las cuales se da significado al mundo de las cosas, adquiriendo éstas rango de “existencia”, en un proceso de aprendizaje “pulsivo” o inconsciente).
Todo ello es lo que ha de ser considerado en este curso, cuyo programa oficial se desarrolla en cinco capítulos: I Sujeto de Aprendizaje, considerados, dice el programa en sus subtemas, desde una perspectiva socio-cultural (o del fundamento psicosocial de Vygotsky; omitiéndose la “perspectiva sociológica general del fundamento moral de Makarenko), así, desde una perspectiva meramente psicológica; estudiándose las categorías de “sujeto de aprendizaje” y “sujeto de enseñanza”, así como el concepto fundamental de “objeto de conocimiento”. II Relación entre Psicología y Pedagogía, tanto en su contexto actual, como en el pensamiento de Vives (1492-1590), Comenio (1592-1670), Pestalozzi (1746-1827), y Dewey (1859-1952). III Psicopedagogía; en su contexto histórico y en su intervención docente. IV Ambientes de Aprendizaje; por cuanto a qué es un “ambiente de aprendizaje” en la educación tanto básica como media superior, y la tendencia de los mismos; y V Contextos de Acción Docente; para la acción educativa intencional, para la acción en contextos diversos (o no-intencionales), y las estrategias para el uso educativo de las “características contextuales”.
Puede verse, más allá de nuestro propósito crítico, ya desde el contenido formal del programa mismo, que dos grandes tesis son discutidas; 1) aquella en que se afirma que: <<Toda educación básica es: a) centrada en la individualidad el sujeto de aprendizaje; y b) con fundamento psicopedagógico; ya que la individualidad del sujeto de aprendizaje es, precisamente psique de conducta inconsciente>>; y 2) aquella en que se afirma, por su parte, que; <<Toda educación básica es: a) responsabilidad social dirigida al sujeto de aprendizaje o estudiante en un colectivo social; y b) con fundamento sociopedagógico; ya que el colectivo estudiantil del sujeto de aprendizaje es preeminentemente moral, o de conducta plenamente consciente>>.
A pesar de la crítica a la psicopedagogía, no obstante no puede dejar de reconocerse su valía, pero, a nuestro juicio, sólo para casos particulares especiales (o “anormales” de conducta “pulsiva” o inconsciente), y no para la generalidad del sujeto de aprendizaje, cuya “normalidad” se desenvuelve en un ámbito de relaciones sociales morales, de una conducta consciente de responsabilidad y compromiso social.