Sujetos de Aprendizaje y Psicopedagogía. Conclusión (7/7)
Sujetos de Aprendizaje y Psicopedagogía.
Conclusión.
Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.
https://dimensionalidad.webnode.mx/
20 may 15.
Conclusión.
La burguesía juega con un doble lenguaje: se pronuncia por una educación “de calidad” –como no podía ser sino así–, pero lo que ocurre es lo siguiente:
De un ejercicio que reiteradamente hemos hecho con el profesorado en nuestros cursos de Maestría en Educción, que se corrobora una y otra vez y cualquiera lo puede hacer; por una parte se analiza la evolución de las teorías pedagógicas en México (mismas que hemos relacionado más atrás), y de manera empírica y por su percepción subjetiva, se elabora una gráfica de dicha evolución, calificando la valía de cada teoría en una escala de 1-10. Con diversas variantes, en general, el trazo de esa evaluación se representa en la siguiente gráfica:
Esto es, que, dicho trazo se explica teniendo en su experiencia concreta el desempeño constructivista que valoran en alto rendimiento, y se toma como referencia el positivismo, del que se reconoce sus aportes, no obstante la devastadora crítica que justificadamente de él se ha hecho; y entre esos dos extremos, se evoluciona a una alta valoración a la pedagogía racionalista de los notables hechos de los tiempos de José Vasconcelos; y de la pedagogía socialista del sexenio de Lázaro Cárdenas. Luego hay un suave declive por cuatro décadas en las cuales se desarrollan las teorías pedagógicas del conductismo, el pragmatismo, y el estructural-funcionalismo; que dan paso a un trazo ascendente, a la aplicación y desarrollo del constructivismo.
Por supuesto, si se considera que toda nueva teoría se elabora sobre la base de las experiencias de las teoría anteriores, cada nueva teoría debe ser, necesariamente, en general, superior a todas las anteriores; y de ello podemos trazar una curva teórica constantemente ascendente en la evolución de las teorías pedagógicas en México (la que, por lo demás, resulta concordante con la línea de tendencia potencial sobre los datos de la curva empírico-subjetiva).
Simultáneamente se recoge una encuesta sencilla de una sola pregunta: <<Cuándo ha habido un mayor aprendizaje; antes, hacia 1940; o ahora, en los 2000>> (entendiendo por aprendizaje el conocimiento real adquirido, y no la información disponible por la nueva tecnología, como algunos encuestados lo suelen confundir). Con un resultado más objetivo, al graficar los datos, la gráfica que se obtiene es la siguiente:
De todo ello se obtiene un resultado profundamente desconcertante. Ahí está la causa, pudiéramos decir, “técnica” (para diferenciarla de las causas económicas, políticas y sociales), de la deplorable situación educativa actual. Si se pregunta cuál es dicha causa tan sólo de observar las gráficas, no hay respuesta, y no la hay, a pesar de que ambas gráficas se mezclen en una sola, y se observe que las curvas se cruzan.
Y ello revela que nadie ve (por lo menos en nuestra experiencia), en la teoría pedagógica, en los fundamentos de la educación, la causa de los resultados mismos de un aprendizaje. Y, en consecuencia, tiene que hacerse explícita la pregunta:
“¿Por qué si las teorías pedagógicas, en general, han sido cada vez mejores, el aprendizaje ha venido siendo cada vez peor?”
Por supuesto, no hay ninguna lógica en pensar que la teoría pedagógica ha venido siendo cada vez más deficiente. Pero, entonces, ¿es acaso justo por lo contrario en un propósito perverso de una teoría pedagógica cada vez más científicamente elaborada, dada en la psicopedagogía, con fundamentos en el idealismo subjetivo del trascendentalimo kantiano, pero, precisamente, para obtener los resultados que se han obtenido?...: en efecto, sí, así es. Y en ello termina todo romanticismo en la educación. El propósito del Estado ha venido siendo el control de la sociedad, al extremo de la pretensión del control de las mentes. La teoría pedagógica, en particular la psicopedagógica, en México, se muestra claramente como pate del llamado “curriculum oculto”: ese propósito del Estado para obtener de la educación, un proyecto dado de individuo y de sociedad, en este caso, perversamente, ignorantes.
Bibliografía.
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Froloba, T; Diccionario de Filosofía; Editorial Progreso, Moscú, 1984.
Marx-Engels; La Ideología Alemana; 1845; Ediciones de Cultura Popular; México, 1977.
Morin, Edgar; Educar en la Era Planetaria; Editorial Gedisa; Barcelona, 2006.
Runes, Dagobert D; Diccionario de Filosofía; Editorial Grijalbo, México, 1981.