Reflexión Político-Social, Noviembre 2019. I Parte. Generalidades.

03.12.2019 15:50

Reflexión Político-Social, Noviembre 2019.

I Parte. Generalidades.

Luis Ignacio Hernández Iriberri

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    I Parte. Generalidades.

 

                                 Termina el año, noviembre, última reflexión político-social de 2019 (diciembre son “días de guardar” a partir del día 12 propios a la nueva clericatura -que al parecer ya sólo es protestante pues el catolicismo desde su más alta investidura, el papa mismo, al parecer, rompió con López Obrador).  Septiembre fue el mes de la misteriosa “Reunión de Hilderberg” encabezada por Felipe Calderón, con Claudio X González, Diego Fernández de Ceballos, Roberto Gil, Benito Nacif, Arturo Núñez, entre otros; de las declaraciones golpistas de los militares Carlos Gaytán, Sergio Aponte y otro por ahí, más la insubordinación de la Policía Federal en rebeldía.  Esa “Reunión de Hilderberg”, que, disfrazada de académica, a la distancia, en la concordancia de los hechos posteriores, corrobora lo denunciado por el Ministro Electoral José Luis Vargas quien había sido invitado a ella y denegada su asistencia, de que fue una reunión conspirativa golpista, pues no es la operación abierta organizadora para la contienda democrática, sino la reacción conservadora en la conjura para impedir que el nuevo régimen avance.  Y si octubre fue de principio a fin un mes muy intenso, desde la marcha del “2 de Octubre” y su provocaciones saboteadoras, hasta las acciones de Culiacán y el incremento de la censura en Internet, ello no auguraba sino un mes de noviembre como lo ha sido: de franca contraofensiva golpista de la que ya abiertamente se habla sin disimular en lo más mínimo, incluso solicitado por escrito por Gilberto Lozano a la Secretaría de la Defensa Nacional en la más absoluta aberración, que incluye la reunión de reaccionarios fachos en el rancho de Vicente Fox hacia fines de noviembre, constituyen una serie de acciones de desestabilizaciones políticas, las cuales se están dando no sólo en México, sino en América Latina,

 

                                 Diciembre, no sólo en la lógica de esa tendencia, sino en la lógica que ha movido algunos golpes de Estado en México a lo largo del siglo XIX; que movió la intentona golpista de Calderón en 2011 parada con la denuncia de veintitrés mil firmas en una denuncia a la Comisión Penal Internacional, y que movió el consumado autogolpe de Estado legislativo de Peña Nieto de 2017; precisamente es la disipación social en los días propios a la clericatura: la virgencita de “guadalumpen”, las posadas, la navidad, el dispendio económico en el solaz del fin de año; en suma, las vacaciones; y de todo lo demás, ni quien se acuerde; si se da un golpe de Estado, como es lo más posible, “pues hay que espere a ver qué se hace luego del 7 de enero”, y, por lo tanto, en la lógica de las cosas, puede preverse que luego del 12 de diciembre es altamente posible una intentona golpista militar de la reacción conservadora de intereses del capital oligárquico neoliberal.

 

                                 Finalmente, en una “absurda hipótesis” totalmente “conspiranóica”, un grupo de cárteles de la delincuencia organizada se enfrenta a otro grupo de cárteles de la delincuencia organizada: el “Cártel de Sinaloa” (más Caro Quintero y “El Marro”), contra el “Cártel Jalisco Nueva Generación” (más el “Cartel del Golfo”), ya en batallas campales de las que no se da información alguna porque a ninguna de las dos facciones burguesas conviene que así sea, en Tamaulipas, Guanajuato y Zacatecas, “quizá” en calidad de brazos armados clandestinos de esas dos grandes facciones burguesas.

 

                                 La importancia de formular esta “absurda hipótesis”, está en que, en la lógica de las cosas, podría estar significando ya, en lo clandestino e indirecto, el enfrentamiento entre las dos grandes facciones burguesas, y a no mucho, justo tras el posible golpe de Estado a menos de un mes quizá, este enfrentamiento podría ser directo entre los bandos militares que, a su vez, parecen existir.

 

                                 Así, este posible golpe de Estado no es sólo una amenaza abierta y directa, sino, en la tendencia de las cosas, algo ya inminente, ante lo cual, en cierto modo, se repite la experiencia con Salvador Allende en Chile en 1973: se sabía de la conspiración, se desestabilizaba políticamente, la Unión Popular demandaba la organización y el armamento, pero Allende, antes que verse en la posibilidad de ser rebasado por un movimiento popular más radical, prefirió la inmolación y el martirologio al alto costo de que ha dado cuenta la historia.  Ahora López Obrador parecía estar repitiendo la historia con las masas que habían permanecido inmovilizadas hasta su convocatoria para el 1° de diciembre, no para una verbena popular, sino para manifestar su apoyo al gobierno de López Obrador; pero de ahí a su organización y proporción de armamento, se hace algo difícil de considerar, y la facción burguesa golpista no puede ver en esto sino la principal debilidad, alentándose más el asalto al poder.