Qué es y qué no es la Ciencia y su Método. Generalidades.
Qué es y qué no es la Ciencia y su Método.
Generalidades.
Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.
Dimensionalidad.webnode.mx
26 dic 15.
1 Qué es y qué no es, la Ciencia y su Método:
generalidades de la educación.
Si algo particular hoy en día necesita explicarse tanto en lo que es como en lo que no es, es precisamente la ciencia y su método.
Hasta hace treinta y cinco años (1980), la ciencia podía explicarse exclusivamente por lo que ésta es; todo lo opuesto a ella, simplemente había quedado en la Edad Media. Pero hacia fines del siglo XX, cual si fuese un asunto de moda, finalmente se “formalizó teóricamente”, algo que en forma vaga, venía desde los años treinta: la “posmodernidad”.
Por buena parte de ese tiempo, dad la suficiencia de la ciencia y su método, no se prestó atención al hecho, y la ideología de la llamada “posmodernidad”, avanzó infiltrándose sigilosamente en la Universidad; hasta que con motivo de una reforma educativa en Canadá, en ella influyó de manera decisiva Jean François Lyotard, que publicó su obra “La Condición Posmoderna”, 1979, y con ella apreció (o reapareció), todo lo que la ciencia y su método no es; y no ha sido sino básicamente hasta fines del siglo XXI, que tal ideología se ha puesto a crítica, viéndose –por quienes compartimos el pensamiento científico– sus influyentes y perniciosos riesgos, de una evidente vuelta al oscurantismo del medioevo.
No pocos son los difusores de tal ideología, pero destacan particularmente por su influencia en México: Edgar Morin, entre su vasta obra principalmente sociológica, siendo especialmente interesante su trabajo: “Educar en la Era Planetaria” (2003); y más recientemente Henry Giroux, y singularmente, Peter McLaren, teóricos de la pedagogía, cuya propuesta es la llamada, “Pedagogía Crítica”.
Dicho en síntesis, a reserva de desarrollar estas ideas más adelante, lo que la ciencia y su método es, es esencialmente la generalización teórica en hipótesis a verificar, a partir de la capacidad de abstracción. Así lo observamos en cualesquiera de los pensadores de la Antigüedad; el mundo no era las simples cosas concretas dadas empíricamente a los sentidos, sino la generalización teórica de un “elemento primordial”, en las propuestas de Parménides (ss.VI-V ane), Zenón de Elea (s.V ane), o Heráclito (ss.VI-V ane), hasta el cuadro de las combinaciones y transformación de las sustancias, de Empédocles (s.V ane), y Aristóteles (s.IV ane); o desde el “Perimetrón” de Anaximandro (ss.VII-VI ane), una Tierra plana empíricamente observada, cuya curvatura en el horizonte corresponde a un disco inmerso bajo una bóveda celeste, hasta la Esfera de Crates (s.III ane), que por más que contravenía el sentido común, al tener que entenderla flotando en el éter de manera equilibrada gracias al contrapeso de la distribución de continentes en ella, aún incluso, tanto los continentes Periécos como las Antípodas, se supusieron hipotéticamente.
Pero esa ciencia clásica aquea y heleno-romana, hundida paulatinamente en el pensamiento oscurantista de un Imperio Romano decadente y finalmente convertido a la religión cristiana por razones políticas desde Constantino (ss.III-IV dne), y que dio lugar a los mil años de la Edad Media de predominio teocrático religiosos, tuvo que ser poco a poco rescatada; desde el breve Renacimiento Carloingio de fines del siglo VIII y principios del siglo IX, luego a través del período prerrenacentista de los siglos XII a XIV, hasta, finalmente, el Renacimiento florentino del siglo XV.
El pensamiento teísta medieval, discurrió lentamente al ateísmo en sus formas, primero, del panteísmo de la Baja Edad Media, luego al deísmo renacentista (ss.XV-XVII), que abre la Época Moderna, hasta, finalmente, el ateísmo de la Ilustración (ss.XVII-XVIII); y es ahí donde aparecen ya Galileo y Kepler (ss.XVI-XVII), con la nueva manera de pensar de la ciencia; a los que les siguieron Bacon con su “Nuevo Órganon”, 1620, una nueva lógica, heredera de la Lógica Aristotélica, y Descartes, con su “Recurso del Método”, 1637 (ss.XVI-XVII), generalizando y abstrayendo teóricamente el método de aquellos en el hacer de la ciencia, en una acabada propuesta dialéctica empírico-racionalista, hipotético-deductiva, y analítico-sintética, que se completará con “Los Principios”, 1687, de Newton (ss.XVII-XVIII). Surgió así, pues, la llamada “ciencia de la modernidad ilustrada” (o simplemente “ciencia de la modernidad”), que ha evolucionado y aportado desde entonces hasta nuestros días.
Ahora bien, al formalizarse la “New Age”, la “Nueva Era” de la “contracultura” (la crítica a los valores burgueses del capitalismo), de la llamada “posmodernidad”, ésta no se planteó, positivamente, como lo nuevo que surge de la superación de lo viejo, positivamente, a partir de lo que aún hay de vigente en lo anterior, sino más bien, surgió por oposición, a partir de la negación de la modernidad, convirtiéndose en todo lo que la ciencia y su método no es, justo en un nuevo oscurantismo medieval.
Hubo en ello un razonamiento en el que se introdujo deliberadamente una combinación de errores lógicos en la demostración: la suplantación de tesis y la introducción de un cuarto término por error de causalidad. Dicho razonamiento fue el siguiente:
1 El capitalismo generó la modernidad.
2 La modernidad fue el desarrollo de la ciencia y de la técnica.
3 La ciencia y la técnica generaron la Revolución Industrial.
4 La Revolución Industrial se ha volcado contra la sociedad
(destruyendo, contaminando, y sirviendo a la explotación del trabajador asalariado).
5 Luego entonces, superar esta situación, será eliminando la modernidad con todas esas implicaciones.
Y lo que quedó ahí, oculto en el fondo, fue la causa real: el capitalismo, y la administración de la ciencia y la técnica por éste.
La tesis inicial era el desarrollo del capitalismo, pero mediante un subterfugio silogístico, se suplanta esa tesis, y es finalmente la modernidad la que se presenta como la causa real del problema.
Para ocultar aún más la verdadera causa en ese razonamiento, “se introduce un cuarto término por error de causalidad”, al identificar “capitalismo” y “modernidad”; es decir, identificando la categoría económica acerca de las “relaciones sociales de producción” (capitalismo), con la categoría de la Historia de la Cultura de “modernidad” (una época histórica con todos sus aportes culturales).