Materialismo Dialéctico, la Ciencia y el Método de la Ciencia…; ¡ah, y otro asunto: la conciencia del compromiso social y político del individuo! 7) Conclusiones.

15.08.2019 15:33

Materialismo Dialéctico, la Ciencia y el Método de la Ciencia…;

¡ah, y otro asunto: la conciencia del compromiso social

y político del individuo!

7) Conclusiones.

Luis Ignacio Hernández Iriberri.

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(15 ago 19)

 

                                 Las conclusiones, simples y directas, son que: 1) el materialismo dialéctico y la ciencia y su método, son uno y lo mismo en una identidad; 2) el ataque al materialismo dialéctico por la reacción burguesa, es el ataque mismo del oscurantismo de todos los tiempos al pensamiento científico y viceversa, el ataque oscurantista a la ciencia, es el ataque mismo al materialismo dialéctico; 3) ese ataque de la reacción en el siglo XX se ha dado principalmente por el revisionismo y las filosofía empírico-criticistas; 4) parte de esa reacción explícita contra la ciencia y contra el marxismo, está en la propuesta del método de la “Investigación-Acción Participativa” (IAP), que despoja al proletariado de la ciencia y su método dirigido al conocimiento de la verdad, confundiéndolo con procedimientos empiristas y criticistas con lenguajes tomados del marxismo; por lo tanto, 5) el problema no es un asunto únicamente teórico, sino, además, eminentemente práctico.  Para el docente de educación básica, la capacidad de investigación no es un simple asunto de formación profesional para poder resolver problemas complejos tanto educativos como de su vínculo a la comunidad, sino, incluso, para poder resolver el problema de la educación en la ciencia; esto es, traducir las formas de investigación científica, en procedimientos didácticos.

 

                                 Por tal razón, debe considerarse como una conclusión más, 6) la didáctica que se derivará, ya de la “IAP”, o bien de la metodología de la sistematización del conocimiento científico de la modernidad.  Así, según la didáctica de la “IAP”, el educando ha de estudiarse a sí mismo en el proceso colectivo de investigación acerca de algo, pues es él y el colectivo investigando algo, el sujeto que es a la vez objeto de estudio entendido en la identidad del sujeto y el objeto de estudio como se propone en este método; accionando, observándose y reflexionando sobre su investigación a partir de lo empírico de su experiencia (sin más herramientas teóricas que le hicieran ser nuevamente el método de la ciencia).  Pero, por su parte, según la didáctica de la metodología de la sistematización del conocimiento científico, el educando, el sujeto pensante realizando una investigación sobre un objeto de estudio del que se diferencia y “toma distancia”; ya en forma individual o colectiva, y tanto de gabinete como “de campo”, es decir, en la realidad objetiva de la naturaleza o de la sociedad, e involucrándose en la problemática social conforme a su nivel de conciencia; sigue un procedimiento que va de lo empírico-concreto, a, en su momento, lo teórico-abstracto.

 

                                 Y así, se llega a una última y esencial conclusión: 7) el docente de educación básica en México, en particular su sector democrático ideológicamente más avanzado en el “Comité Ejecutivo Nacional Democrático” (CEND), en este punto del siglo XX; a poco más de siglo y medio de haber aparecido el materialismo dialéctico, y a poco más de un siglo del triunfo de la Revolución Socialista en Rusia; como un obrero del intelecto y como tal como un proletario que ha alcanzado el más alto grado de conciencia en esa idea de Engels de que algún día el proletariado alcanzaría a dominar el marxismo, ha llegado a un punto límite en el que, para el sindicalismo en México (e incluso para América Latina), habrá de tomar una decisión histórica entre tres alternativas posibles, dos de ellas, en honestidad intelectual ante un proceso de descubrimiento de la posición ideológica real, deben considerarse igualmente válidas, por más que nuestra posición personal, la evidencia histórica, y los deseos de Engels determinen que sólo hay una posición posible consecuente.

 

                                 En la primera alternativa, está el ser lógicamente consistentes entre los fundamentos gnoseológicos dialéctico-materialistas, y el método de la ciencia de la modernidad, que forman una identidad; lo cual implica despojarse de un método de investigación contradictorio con ella como lo es la “IAP”, en una severa y drástica crítica que sólo en el seno de este gremio y CEND, y sólo en éste, se puede hacer, sin que le pueda venir desde fuera.

 

                                 En la segunda alternativa, igualmente está el ser lógicamente consistentes entre los fundamentos gnoseológicos (que pueden ser diversos y que lo más propio sería el “racionalismo crítico” de Karl Popper), y el método de la “IAP”; lo cual implica, en este caso, el despojarse de los fundamentos gnoseológicos del materialismo dialéctico o marxismo, en un acto de honestidad intelectual y política.

 

                                 Lo que sí no es aceptable, es la tercera opción, por la que prevalecería una obstinación por tratar de conciliar los fundamentos gnoseológicos el materialismo dialéctico, con el método de la “IAP” que le es contradictorio filosófica e ideológicamente, incluso en forma antagónica.  Ello constituye ya conscientemente un claro revisionismo con el cual se tergiversa el marxismo y se confunde al proletariado.

 

                                 Acorde con el marxismo, con la dialéctica materialista, este mismo, impulsando los procesos de transformación de la conciencia social como de las condiciones materiales de vida, debe ajustarse a la realidad objetiva en un paulatino paso de la necesidad a la libertad, y sin declinar en los principios, sin ocultarlos por supuestas “razones de táctica”, que realmente encubren desviaciones ideológicas, saber negociar, entendiendo hasta dónde es posible llegar en cada momento, y, a partir de ahí, impulsar nuevos avances.

 

                                 El problema esencial, el objeto de su lucha, en el plano ideológico como clase social proletaria en el sector magisterial de educación básica, no está en lo que se da de suyo: la “resistencia”, o, en otros conceptos, como una “educación liberadora” o “emancipatoria”; sino el objetivo real está, en todo caso, en lo que ha de propiciar todo ello: una educación científica, tanto por sus fundamentos filosófico-pedagógicos en la dialéctica materialista, como por la enseñanza de las ciencias tanto naturales como sociales; y más esencialmente aún, por su didáctica de formación en la ciencia.

 

                                 ¡Ah, y otro asunto…!  La conciencia del compromiso social y político del individuo no siendo un asunto de la metodología del conocimiento científico, es asunto de la capacidad de organización social y política de éste.  Parte de ello en el docente se forma de la teoría y práctica de las “Técnicas de Vinculación a la Comunidad”, parte en su vida política profesional.  Pero ello no determina el hacer científico, como el hacer científico no determina la acción social necesariamente.

 

                                 La “IAP” echa mano de este recurso de conciencia, reduciendo el marxismo a la actividad social y política, como lo hemos dicho antes, vulgarizando el marismo y despojando al proletariado, y al investigador en general, del método de la ciencia.

 

Enn el curso de los siglos XX-XXI se ha venido desarrollando e integrando el conjunto de propiedades de la metodología de investigación científica.  Al inicio de la década de los años setenta del siglo XX aparece el método de investigación denominado “Investigación-Acción Participativa” (IAP), y se propone por oposición a la metodología de la sistematización del conocimiento científico, declarado insuficiente (e incluso obsoleto, discretamente asociado al cientificismo positivista).

Con una elemental consideración, puede deducirse del cuadro expuesto que en el método de la “IAP”, necesariamente; dado que así corresponde al pensamiento natural; se asume buena parte de la metodología de la sistematización del conocimiento científico de la modernidad, aun cuando explícitamente no se reconoce (espacios vacíos en el cuadro); y ello es así, porque si así se aceptara, la pregunta elemental sería entonces, para qué la “IAP”, si ya todo ello está considerado en el método de la ciencia moderna.  Y su contradicción está en que, al no reconocerlo así, la “IAP” se reduce a una metodología empirista.