Materialismo Dialéctico, la Ciencia y el Método de la Ciencia…; ¡Ah, y otro asunto: la conciencia del compromiso social y político del individuo! 1) Antecedentes.

31.07.2019 15:56

Materialismo Dialéctico, la Ciencia y el Método de la Ciencia…;

¡Ah, y otro asunto: la conciencia del compromiso social y político del individuo!

1) Antecedentes.

Luis Ignacio Hernández Iriberri.

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(19 jul 19)

 

                                 ¿Dónde quedó aquello que aparentemente en la ciencia y el materialismo dialéctico hace el vacío que en geografía llena la llamada “geografía radical”, que convoca a la organización y acción política del geógrafo como investigador social, para ser consecuente con una infundada y supuesta geografía como ciencia social y una conciencia social y política; y que en educación llena el método socio-político de la “Investigación-Acción”?  Dicho de otra manera, y referiremos ya sólo al método de “Investigación-Acción” que generaliza el propósito de aquella “geografía radical”, qué es eso que se hace y resuelve el método sociopolítico de “Investigación-Acción”, que pareciera no estar en la ciencia y el materialismo dialéctico.  O más concretamente aún: dónde está la investigación directa, de campo como se sele decir, en una posición de compromiso y responsabilidad social y política del investigador, en el método de la ciencia y en el materialismo dialéctico.

 

                                 La ciencia en su forma desplegada en los métodos de sistematización del conocimiento (observación, descripción análisis, explicación y síntesis), es el despliegue mismo de la dialéctica materialista, tal como ésta es la generalización y síntesis gnoseológica (la teoría del conocimiento), de la ciencia; de modo que ciencia y materialismo dialéctico son sólo dos momentos distintos de una sola y misma cosa: el proceso del conocimiento humano que incide en lo verdadero.

 

                                 Desde el momento en que en la dialéctica materialista se establece el principio del conocimiento como el “reflejo objetivo de la realidad objetiva” a partir de la acción transformadora de la realidad, ese conocimiento, en este caso referido a las relaciones socio-políticas, impone, por definición, el que este ha de elaborarse a partir de esa realidad en que el sujeto actúa transformadoramente, y haciendo esta transformación más racional y consciente, cuanto más aplica en ello los recursos de la ciencia; luego entonces, por lo menos teóricamente, no hay tal vacío que un método de “Investigación-Acción” (como de una “geografía radical”), tenga que llenar remediando supuestas limitaciones que no son las de un investigador sin conciencia social y  política, y las cuales son, más bien, producto de la descalificación que la ideología de la “posmodernidad” intenta sobre la ciencia y la dialéctica materialista (desde los revisionismos de los “nuevos marxismos” de la filosofía de la superestructura de la “Escuela de Frankfurt”, del “marxismo crítico” -como si pudiera haber un “marxismo no-crítico”-; hasta las filosofías del “racionalismo crítico”; del “pensamiento crítico”; llegando incluso al “pensamiento complejo”).

 

                                 El problema se traslada, entonces, al ámbito de la práctica social.  Pero, al respecto, basta reflexionar en que si algo es precisamente revolucionario, eso es la ciencia y su fundamento filosófico dado en la dialéctica materialista (no es casual, pues, el ataque sistemático a estas por esos revisionismos e idealismos reaccionarios y oscurantistas); y son evolucionarios desde el momento mismo en que se enuncian y se aplican prácticamente, porque las consecuencias de sus resultados son, necesariamente, transformadores hasta lo revolucionario.  La dialéctica materialista y la ciencia aplicada a la investigación social (en lo que se conoce no del todo con propiedad al darse una confusión determinista, como “materialismo histórico”), se resuelven, entonces, en la práctica social misma del sujeto transformador; desde el que individualmente en la más absoluta indiferencia adopta la más profunda apatía en la que no-haciendo hace, hasta el que, con ciertas razones y fundamentos, decide tomar organizadamente las armas, pasando por aquel que en el paciente trabajo colectivo contribuye con sus propias capacidades, con las ideas y fundamentos de razón científica y dialéctica materialista, con la organización, con el trabajo material de tareas colectivas, a la realización de las transformaciones sociales, a la par de su posible trabajo de investigación científica.  No hay, pues, tampoco, vacío práctico en la ciencia y dialéctica materialista en la acción social y política del sujeto investigador con un compromiso social y político, antes, al contrario, esa ciencia y dialéctica materialista se hacen en el sujeto investigador como síntesis del reflejo de la acción práctica transformadora de la realidad.

 

                                 Pero ahora el problema parece trasladarse entonces a ese carácter individual del sujeto, no obstante su compromiso social y político posible, fuera de la acción colectiva.  ¿Hay un vacío en la ciencia y el materialismo dialéctico en el carácter colectivo de su hacer para la transformación social?  No.  El fin último de la ciencia es precisamente su socialización, es ahí donde se concreta su carácter revolucionario.  Y el materialismo dialéctico en su aplicación a la sociedad, no tiene por más fin esencial, que el colectivizar, necesariamente, el proceso de transformación social y político, a su vez, necesariamente colectivo.  El problema final es, pues, la conciencia social y política del sujeto individual, aplique o no el método de investigación científica; pero más aún cuando de tal modo, éste se asume como sujeto social, es decir, incluso con conciencia de clase social.

 

                                 Si algo de peso se argumenta en el método de “Investigación-Acción”, es precisamente que con él se inicia en la colectivización y formación de conciencia social y política del sujeto individual (en principio no necesariamente con una conciencia de clase social); por lo que, volvámonos a preguntar, pues, si existe un vacío en la ciencia y el materialismo dialéctico, de un proceso en el que se incida colectivamente en la formación de la conciencia social y política.  Y aquí la respuesta es que, no es que haya un vacío, sino que la organización que colectiviza el trabajo social y político del otro, es el resultado de la conciencia social y política que antes ha llevado al trabajo social y político propio.  No hay pues, ni en el método de la ciencia n en el materialismo dialéctico, vacío de indiferencia, separación o exclusión alguna respecto de la práctica y transformación social en el vínculo necesario con la realidad.

 

                                 Esto es, se puede concluir entonces, que el método de “Investigación-Acción” no es en realidad un método de “investigación” que colectiviza el hacer científico, sino un método de organización que colectiviza el trabajo social y político de un sujeto social, proceso en el cual es sólo un sujeto individual (o un grupo de sujeto individuales), el que llega a generalizar el trabajo de reflexión científica.

 

                                 La limitación esencial de ese hecho en la “Investigación-Acción” con sus propios fundamentos gnoseológicos: el “racionalismo crítico” de Karl Popper, que se enraíza en el empiriocriticismo por el cual el conocimiento se reduce a lo empíricamente dado a los sentidos, está en condicionar a ese sujeto individual (el que realmente se ha asumido como investigador), a una actividad eminentemente empirista; que cuando hace por “tomar distancia” del objeto de estudio elevándose de lo empírico-concreto (por decirlo así, de la acción  revolucionaria entre las masas), a lo teórico-abstracto (a la reflexión que no puede ser, en principio, sino individual, que lo separa de la “acción viva”), ese hecho de racionalidad pareciera significarle un “cargo de conciencia” respecto del conocimiento propio del método de “Investigación-Acción” (y de ahí el reclamo de los partícipes del método de “Investigación-Acción” a sí mismos, y entre sí mismos, de no compartir una elaboración teórica).

 

                                 Sometido a crítica el método de “Investigación-Acción”, como forma de “método de investigación” científica, así sea de esta manera inicial y generalizada con sus virtudes de método de organización, debe, en todo caso, rescatarse con consistencia lógica con el materialismo dialéctico; y así como el materialismo dialéctico de Marx no sino la inversión de la metafísica dialéctica de Hegel; así, un proceder en la investigación científica materialista dialéctica objetiva, no ha de ser sino la inversión del idealismo empirista subjetivo de la llamada “Investigación-Acción”.

 

                                 Esa inversión consiste en reconocer, por un lado, las formas de organización (del sujeto social o colectivo); y, por otro lado, reconocer el procedimiento de investigación científica y materialista dialéctica (de lo que hace y sólo puede hacer, el sujeto individual que es el que piensa, que por sí mismo, a su iniciativa, se asume como investigador; y tanto por una parte generaliza la teoría a partir de esa práctica social, como por otra, socializa la teoría en su práctica social).  Lo primero lleva al vínculo con el movimiento social; lo segundo, pertrecha con las herramientas de la ciencia y el pensamiento dialéctico, a aquel que ejerce una dirección en el movimiento, que cuanto más se hace de esos elementos, mayormente se hace acertada esa dirección.  Una cosa es, pues, el hacer de la ciencia, y otra es la organización y acción política.

 

                                 El método de “Investigación-Acción” en su práctica, bien puede encubrir el trabajo de organización; pero en su teoría, resulta una desviación perniciosa de la ciencia y el pensamiento materialista dialéctico.