Historia de la Geografía. Análisis para la Historia de la Geografía. 2) La historia de la geografía en el materialismo dialéctico.

26.11.2019 13:28

Historia de la Geografía.

Análisis para la Historia de la Geografía.

2) La historia de la geografía en el materialismo dialéctico.

Luis Ignacio Hernández Iriberri.

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2)  La historia de la geografía en el materialismo dialéctico.

 

                                 Se hace del todo evidente, pues, que la historia general de la geografía hasta ahora en las influencias del positivismo, ha sido insuficiente y muy limitada, y que la necesaria abstracción y generalización teórica que le ha acompañado ha carecido de una sistematización lógica; es decir, resolviendo deductivamente el por qué, por ejemplo, de la representación cartográfica, o de las diferencias entre la geografía de Eratóstenes y de Estrabón; de donde la consecuencia ha sido, precisamente, en el lapso de los siglos XIX-XX, el de una historia de la geografía no como una ciencia única, sino como reflejo del conocimiento de los fenómenos por múltiples geografía.

 

                                 Pero a la vez, una historia de la geografía bajo las influencias postpositivistas tampoco se ha producido, ya bajo cuyas influencias del idealismo subjetivo del influyente racionalismo crítico del Karl Popper, o del más influyente aún en la presunción del marxismo, del “neomarxismo” dado en la filosofía de la superestructura de la “Escuela de Frankfurt”, o de una de sus variantes en llamado “marxismo crítico”.

 

                                 Se ha hecho, no obstante, una labor de historia de la geografía básicamente local y puramente “a retazos” (de un autor, de alguna institución, de los trabajos en algún lugar en algún momento dado de la historia); y más aún, siguiendo a la inversa la expresión popular, de “retazo sin hueso”; es decir, tratando de dar cuerpo a la historia de la geografía, pero sin coherencia alguna (sin estructurar la osamenta que le de una rigidez, donde esa “osamenta” significa precisamente la elaboración teórica objetiva), que ninguno de esos sistemas filosóficos ha sido capaz de resolver y sustentar lógicamente.

 

                                 Incluso, la renuncia a la herencia dada en la ciencia moderna ilustrada en la propuesta de la “posmodernidad” del idealismo filosófico ya del “pensamiento crítico” o bien del “pensamiento complejo”, ha preferido, consecuente con su subjetivismo, eludir ese trabajo de la historia de la geografía por considerarlo “innecesario”, “que confunde más”.

 

                                 Queda una opción: la elaboración de una historia general de la geografía con la aplicación concreta en la historia de esta ciencia, de los fundamentos del único sistema filosófico verdaderamente heredero de la ciencia, y con ello, de la lógica tanto formal como dialéctica, de la modernidad ilustrada, el materialismo dialéctico, en la concepción clásica y específica de Carlos Marx, ajena a toda variante revisionista “neomarxista”, de la “filosofía de la superestructura”, “marxista crítica”, o peor aún, de un “marxismo posmoderno” de la “filosofía de la liberación”, o de inconsecuentes generalizaciones de aplicaciones particulares en el “gramscismo”, el “estalinismo”, el “trotskismo”, el “maoísmo” u otros cultos a la unilateralidad de los traslados mecánicos en las experiencias dadas en las aplicaciones del materialismo dialéctico en otro momento y otras condiciones concretas.

 

                                 La historia de la geografía que se sustenta en un análisis en la aplicación de los postulados, principios, leyes y categorías de la dialéctica materialista en el desarrollo concreto de esta ciencia, está por hacerse (apenas nosotros la hemos esbozado en nuestra tesis de Licenciatura y el conjunto de trabajos realizados).  Una historia de la geografía desde las determinaciones de sus categorías fundamentales en su objeto de estudio, la determinación de su contradicción histórica principal y la forma de su movimiento en cada etapa de una periodización propia de la evolución objetiva de estos conocimientos, la formación sucesiva y lógicamente consistente con de sus hipótesis, teorías, y conjunto de categorías fundamentales que dan constitución a su método propio, hasta la consideración, en cada momento de su historia, del desarrollo de los siguientes factores.

 

                                 No somos historiadores de la ciencia, pero en cuarenta años, si algo se ha hecho por quienes se desempeñan en este campo, no ha sido sino exclusivamente “retazo sin hueso”, historias sueltas sin coherencia lógica, esto es, sin la osamenta o el hilo guía de los fundamentos teóricos, que en los últimos cuarenta años se apartaron de una formalización teórica de la geografía de la que sólo quedaba el concepto de espacio como su real objeto de estudio, que a nosotros nos tocó proponer ya con suficientes fundamentos teóricos en nuestra tesis de Licenciatura, “Geografía: Fundamentos de su Teoría del Conocimiento” (1983), y que finalmente, ya en 1989 se aceptó institucionalmente y se generalizó a nivel mundial.  Evidentemente, sin dársenos los créditos, sin hacerse reconocimiento a nuestro trabajo, sino en los subterfugios del plagio, que en manos de Milton Santos se destruyó en la objetividad de su dialéctica y se presentó en el subjetivismo del “pensamiento complejo” “posmoderno” como un “espacio socialmente construido” (lo que eso sea).  No obstante, dados los fundamentos científicos de la geografía en la determinación del objeto de estudio como el espacio; esa geografía “oficial” institucional estraboniana de la descripción del “hábitat humano”, prevaleció, como lo hemos demostrado, a pesar de hacerlo sobre la base del error lógico estraboniano de suplantación de tesis.

 

                                 Pero hacer el ejercicio de la elaboración de esa historia general de la geografía, que más que una historia como tal vendría a ser una historiografía; un arreglo de los datos aportados por innúmeros autores interpretados con fundamento en el materialismo dialéctico; en este sistema filosófico en el que ya nadie más parece sustentarse y único en cuyo método de análisis por la contradicción en donde todo es y no es al mismo tiempo; es posible resolver la situación teórica compleja de la geografía, en donde, por ejemplo, los fenómenos, en tanto existentes como tales, son ello, fenómenos naturales y sociales; y no son como tales, al mismo tiempo, en tanto estudiados en geografía exclusivamente como estados de espacio ya discretos o bien continuos, por sus propiedades espaciales.