Hace Treinta Años de una Tesis
Hace Treinta Años de una Tesis.
Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri
https://dimensionalidad.webnode.mx/;
13 noviembre 2009.
Hace treinta años terminamos nuestros estudios profesionales en Geografía, en el Colegio de Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Pasamos a la etapa de la elaboración de nuestra tesis. Durante los seis años anteriores; cinco de la carrera y uno desde la Preparatoria, en donde ya habíamos elegido los estudios profesionales a seguir; toda nuestra atención (diría un psicólogo, ya saben cómo son: “maniático-obsesiva”), se centró en entender qué era la ciencia de la Geografía, y cuál era su método. Y esa obsesión no fue sólo la del estudiante que tomaba con pasión desbordada su formación profesional, sino la de ese estudiante que, a la vez, no encontraba respuesta ni en las fuentes más autorizadas. Antes que el progresivo esclarecimiento que quedaría esperar con el avance de los estudios, lo que se descubría a cada paso era la ausencia casi total de la discusión de ese problema; porque en las pocas obras donde se discutía, elaboradas en la década de los años sesenta y principios de los setenta, la confusión era total.
Ese hacer científico completo que supondría esperarse de la institucionalidad universitaria en el grado de Facultad, con su propia División de Estudios de Posgrado, con su propio Instituto de Investigaciones, se reducía al trabajo más empírico imaginable (y aún no estamos seguros de que treinta años después lo haya superado).
En su momento, comentando de esta situación con el Dr. Jorge A. Vivó, en que la ciencia de la geografía se reducía exclusivamente a la “Geografía Aplicada”; éste lamentaba que no hubiese quién estuviese interesado en los aspectos de la historia y teoría de la Geografía, hasta el punto de no poderse impartir un par de cursos al respecto, simplemente porque no había el docente preparado para ello; y el de Historia de la Cartografía, tenía por contenido “Probabilidad y Estadística”.
Pero el VIII Congreso Nacional de Geografía, de 1980, por forma, fue el último convocado como “Congreso de Geografía Aplicada”, por contenido, tuvo ya el necesario debate teórico que como nueva generación estábamos planteando. En el tormentoso IX Congreso Nacional de Geografía en 1982, en el que participamos por primera vez con una ponencia que sintetizaba nuestra tesis de Licenciatura: Geografía: Fundamento de su Teoría del Conocimiento, que habíamos venido trabajando sistemáticamente desde 1979 con todos aquellos antecedentes, y en su presentación, puesta en entredicho por el Dr. Ángel Bassols Batalla; sin duda éste, junto con el Dr. Carlos Sáenz de la Calzada, al reciente fallecimiento del Dr. Jorge A. Vivó Escoto, uno de los profesores más distinguidos en ese entonces; se inició formalmente la discusión teórica en nuestro campo de conocimientos profesionales en México.
La ciencia de la Geografía en México se expandía de la exclusiva investigación aplicada, a la investigación teórica; también llamada “investigación pura”, “investigación básica”, “investigación de punta”, o “investigación de frontera”; dado que todos esos calificativos son lo que le caracteriza, reclamando de sus estudiosos, más que esfuerzos prácticos, el exhaustivo conocimiento de la historia de la ciencia, y los más altos grados de la abstracción teórica. Sin ella, es como navegar en un océano tempestuoso sin mapa y sin brújula*.
Un año después de aquel IX Congreso Nacional de Geografía, luego de haber retenido en nuestras manos nuestro documento de tesis por ese lapso, honrándonos al haber fungido como Director de Tesis el erudito Dr. Carlos Sáenz de la Calzada, sustentamos nuestra tesis en examen profesional. Era la primera tesis de geografía teórica, en 135 años de vida institucional de la Geografía en México**.
Treinta años después, haciendo estos “apuntes para la historia”, hemos decidido publicar aquí aquella tesis; haciéndolo, más que como un “e-book” gratuito; en forma seriada por cada uno de sus apartados, de modo que a ello le acompañe un comentario crítico, a tres décadas, de su mismo autor. Sea esta entrega, pues, el prólogo a dicha serie que en próxima entrega iniciaremos.
* Eso fue justo lo que propiciaron en los últimos quince a veinte años los grupos más reaccionarios y oscurantistas luego de XI Congreso Nacional de Geografía de 1987; propiciando, finalmente, varios años después, los resolutivos de IX Encuentro Nacional de Estudiantes de Geografía en México de 1992, en que se renunciaba a la discusión teórica; quedando sí, todos a bordo de una disciplina de conocimientos cual “Nave de los Locos”. Con la paradoja de que finalmente acabaron retomando todas nuestras ideas, vía el plagio intelectual de aquella tesis. Esas ideas venidas como botín de manos de un corsario que cual peón en un tablero de ajedrez, se sacrificaba para la historia, eran, con su tergiversación ad hoc, bienvenidas; mientras las expusimos nosotros como su verdadero autor, cual “Maligno encarnado” con un explícito fundamento marxista, fueron rechazadas (sea como lección histórica, jóvenes estudiantes, hay que citar los textos o ideas de otro autor, puestos entre comillas, ya textuales, ya parafrásticas; mencionando su nombre, es decir, dándole a él los créditos, con la referencia detallada de la fuente).
** Dos años después, evidenciando el signo de los tiempos, otro estudiante se titulaba con la tesis: La Dialéctica como Método de la Geografía, fue la segunda tesis teórica en la historia de nuestra ciencia en México, esta vez, la del compañero José C. Martínez Nava. Unas semanas después de ello fortuitamente nos conocimos.