Geografía: sus Fundamentos Teóricos en la Filosofía Materialista Dialéctica. 7 Abstracción, generalización y síntesis de fundamentos. a) La esencia de la geografía teórica: generalidades.

22.04.2017 13:55

Geografía: sus Fundamentos Teóricos

en la Filosofía Materialista Dialéctica.

7 Abstracción, generalización

y síntesis de fundamentos.

a) La esencia de la geografía teórica;

generalidades

Luis Ignacio Hernández Iriberri.

https://dimensionalidad.webnode.mx/.

20 mar 17.

a) La esencia de la geografía teórica; generalidades.

 

                                           El método fundamental de una ciencia, de un conocimiento especial riguroso, metódico, sistemático, y único en el cual se obtiene el conocimiento verdadero, lo dio Euclides (s.IV ane), al sistematizar lógicamente, deduciendo unos elementos de otros, en su caso, la geometría.

 

                                           Dicho rigor de la ciencia radica precisamente en esa deducción lógica de unos conceptos a otros, lo que le da, literalmente dicho, esa concatenación de hipótesis y teorías en donde nada que no haya sido demostrado (de, de, derivar o deducir; y mostrare, poner al frente), esto es, hipotético-deductivamente, puede afirmarse como verdadero, y sustento antecedente del nuevo conocimiento deducido.

 

                                           A esta formalización teórica de la ciencia (que de acuerdo con el teorema de Gödel sólo la aproxima a un mayor rigor, sin alcanzar la plena formalización), Euclides lo denominó “axiomática” (de axioma, tesis de partida, aquello dado por el cúmulo de experiencias, y que por ello no requiere de más demostración), misma que tiene un escalamiento desde los axiomas dados por la experiencia histórica de la humanidad, por cuya evidencia Euclides denominó postulados (etimológicamente, lo exigido, que no requiere demostración); y los principios, o leyes más generales o esenciales de esa ciencia, como elementos establecidos por la práctica histórico social, como base principal antes de la demostración; y luego ya los teoremas (estudio, reflexión), que, junto con los principios ya dispone los primeros elementos deductivos de demostración; hasta aquellos axiomas resultado de la verificación hipotético-deductiva plena cuya fuerza y evidencia se despliega en el proceso deductivo de la práctica histórico-social subsecuente, que se denominan leyes y teorías.

 

                                           En consecuencia, una disciplina de conocimientos que se precie de haber alcanzado el rango formal de ciencia, sea en el campo de las ciencias naturales, sociales o del pensar, lo será tanto más, cuanto mayormente haga conciencia de ese aparato teórico metodológico o de formalización deductiva o axiomática, que hace su rigor y su avance en el conocimiento de la verdad, como lo dijera Bacon, “a la luz del conocimiento antecedente, y en la certidumbre de sus leyes”.

 

                                           Todos los pensadores avanzados de la Época Moderna, desde la modernidad renacentista (ss. XV-XVII, la modernidad Ilustrada (ss. XVII-XVIII), la modernidad romanticista (s. XIX), y la modernidad realista (ss.XX-XXI), han centrado sus esfuerzos en la fundamentación cada vez más rigurosa de tal aparato teórico metodológico del conocimiento verdadero, la ciencia.  Y ello no ha sido sin una lucha feroz, en donde no pocos y notables pensadores han perdido no sólo la libertad, sino la vida, frente a ideologías conservadoras y reaccionarias de clases sociales económica y políticamente poderosas, que se oponen a esos avances que dotan a la clase social mayoritaria, el proletariado, de la herramienta (arma si se quiere), más poderosa para transformar el mundo hacia una sociedad más justa e igualitaria.  El rechazo a la modernidad con todos sus aportes, en eso que hoy en día se denomina como la “posmodernidad”, y sus fundamentos “empírico criticistas”, es la forma más rabiosa de la reacción, intentando alterar artificiosamente, el flujo natural, objetivo, de la historia.

 

                                           Ha sido en el campo de los conocimientos científico geográficos que a nosotros nos ha tocado insertarnos en esa lucha por el pensamiento avanzado, justo en el momento en que, a su vez, se inició el despliegue de a reacción ideológica más feroz, que no entiende una palabra del movimiento objetivo y necesario de la historia, y por ello podemos afirmar que está, de antemano, derrotada; no obstante las represiones que sean, el pensamiento científico avanzará necesariamente.

 

                                           Ese es el momento histórico que nos tocó vivir, y en él, concluimos aquí el esfuerzo de pensamiento de 37 años de vida profesional, terminando de exponer, en forma resumida, ya sin la explicación que pretendíamos, por demás, ya innecesaria. Aquello en lo que trabajamos hasta 2013, en que un acto represivo detuvo y distrajo nuestras reflexiones geográficas hasta ahora, principios de 2017; esto es, precisamente, el sintetizar la formalización teórica de la teoría geográfica; el explicar su axiomática, que hace de ella, finalmente, una ciencia rigurosa (por lo demás, nada que se parezca a esa geografía divulgativa positivista d la educación oficial).

 

                                           Abstraer, separar; generalizar, tomar los rasgos más esenciales que dan toda la información; y sintetizar, reunir en lo concreto pensado lo concreto real antes analizada, es la tarea esencial en este campo de investigación de la geografía teórica.  A ello nos hemos dedicado toda nuestra vida profesional (más aún, a nosotros nos tocó iniciar y formalizar este campo de investigación en geografía, a poco más de 130 años de fundados los estudios de la geografía en México), y el aporte conclusivo a aquel propósito de nuestra tesis de Licenciatura de “poner orden” en nuestra ciencia, se conserva aquí, al exponer la formalización teórica de os fundamentos de la geografía; un saber milenario con un objeto de estudio extraordinariamente complejo, que necesitó un cúmulo de conocimientos de toda su historia para, finalmente, con los elementos del materialismo dialéctico, poder concluir en su razón objetiva y concreta.