El Método, Contra la Incertidumbre. Cometario a, Cap. I, 1 (continuación).
El Método, Contra la Incertidumbre.
Comentario a:
Cap.I Los Factores del Estado del Problema.
1) El Cuerpo del Saber (continuación).
Luis Ignacio Hernández Iriberri.
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(28 ago 16).
Otro “aparente vicio del lenguaje”, pero más serio, pues ya no es un “vicio del lenguaje” sino un vicio que tiene que ver con los aspectos gnoseológicos (dicho en términos preferibles por los materialistas), o aspectos epistemológicos (dicho ahora en términos preferibles por los idealistas), es decir, un vicio que tiene que ver con el entendimiento de la teoría del conocimiento, y en el cual se da la distinción o no de la velada crítica al marxismo (del “viejo Marx decimonónico”), o de la dialéctica materialista; a través de identificarlo falsa y sofísticamente con el positivismo.
Tecla reproduce el mismo cuento de la absurda “crítica al positivismo”, cuando éste ya fue criticado y refutado con suficiencia desde principios del siglo XX en sus tres etapas: el positivismo de Comte y Mill; el positivismo empirocriticista de Mach y Avenarius; y el positivismo de la Escuela de Viena o neopositivismo, positivismo lógico o filosofía del lenguaje; con lo que, en ello, por parte de Tecla, se está dando un recurso de sofisma, mediante elementos velados, tácitos, en la crítica al marxismo, que el “neomarxismo posmoderno” elude hacer directamente.
Ya Marx y Engels hicieron esa crítica al positivismo; Lenin al empirocriticvismo; y la marxología soviética al neopositivismo en sus variantes. Tecla, en una posición que fuese verdaderamente marxista, dialéctico materialista, tendría que explicitar la crítica a las variaciones de la ideología de la “posmodernidad”, entre ellas, principalmente, al “neomarxismo”, pero no es así, porque el “neomarxismo posmoderno” es él.
Finalmente Tecla se revela como un “neomarxista posmoderno” cuando dice: “Hasta cierto punto, estamos más alejados de una posición baconiana, pues hay consenso de que el investigador construye su objeto de estudio apoyado en un todo más desarrollado”[1]. Tecla no sólo roma distancia de la modernidad a partir de uno de sus pilares fundamentales, Francis Bacon; sino afirma que, “por consenso” (principio “posmoderno” de “validación”), se acepta que el investigador “construye su objeto de estudio”, aceptando así, una posición subjetivista en el punto de partida en el método. Más aún, en esta cita, Tecla inserta una nota al pie comentando a Bacon (1561-1626), el ser “antecedente del positivismo”. Pero esa es la sofistiquería con que los “posmodernistas” revuelven las cosas para descalificar a la modernidad, a la ciencia y al marxismo que es expresión de todo ello.
Pero en esta fatídica nota al pie hay más, agrega: Bacon “…propuso un nuevo método, el inductivo, que según él tenía un carácter revolucionario porque proponía un camino directo que no pasaba por el cuerpo del saber”[2], en donde, más allá del tonto sarcasmo de que “según él tenía un carácter revolucionario”, pues no sólo “según él”, sino así quedó en la historia de la ciencia, por lo cual Bacon es lo que es; y en donde Tecla asume que con ello, “proponía un camino directo que no pasaba por el cuerpo del saber”, en tanto el método inductivo consiste en el paso de lo particular a lo general (en todo caso, un “cuerpo de saber” menor, a un “cuerpo de saber” mayor), sin entender la dialéctica por la cual ese “cuerpo de saber” menor o particular, sólo representa un grado de generalidad que se constituye como premisa antecedente para pasar a un grado de generalización mayor, y en donde, por lo tanto, aún a desprecio de lo dicho por el miso Bacon, no hay ningún “camino directo” que omita “cuerpo de saber” alguno como antecedente*.
Así pues, ya no para el que se ve influenciado por un “lenguaje de moda”, sino para el explícito “neomarxismo posmoderno”, de Alfredo Tecla, lo que es obligado -dice él-, es la “validez teórica de nuestro objeto de estudio”[3]; es decir, el consenso en la “dialógica” del “diálogo de saberes”.; cuando en la ciencia de la modernidad, es “la veracidad teórica del objeto de estudio”, dada por su objetividad, causalidad, deducción lógica o hipotético-deductiva, corroborada en la práctica histórico social, y con carácter de predictibilidad científica.
[1] Tecla, Alfredo; El Método Ante la Incertidumbre; Editorial, 15ª edición; México, 2001; p.15
[2] Ibid. P.15
* Si bien Bacon, efectivamente, en las limitaciones aún del método de la ciencia que ahí estaba naciendo, consideraba que la inducción hacía ese “camino directo”. Pero leer a Bacon así, es descontextualizarlo del conjunto de la historia de la ciencia.
[3] Ibid. P.16