El Método, Contra la Incertidumbre. Comentario a Cap.I, 1

12.09.2016 15:33

El Método, Contra la Incertidumbre.

Comentario a:

Cap.I Los Factores del Estado del Problema.

1)      El Cuerpo del Saber

Luis Ignacio Hernández Iriberri.

https://www.dimensionalidad.webnode.mx

(28 ago 16).

 

El Cuerpo del Saber.

 

                                 Al adquirir la obra de Alfredo Tecla, “El Método Ante la Incertidumbre” (24 ago 16), de inmediato tuvimos un tiempo disponible como para leer desde el Prólogo, hasta abarcar todo el primer capítulo.  Con ese sólo hecho nos decidimos a titular la serie de artículos en que lo comentamos, siguiendo la idea de su propio título, pero enfatizando el sentido en que, a nuestro juicio, debería encontrarse en el significado de, “…Ante la Incertidumbre”; entendiéndose ese “ante”, como un “en contra de…”; de momento redactamos nuestro Prefacio, e incluso adelantamos la Introducción.  Finalmente, al día siguiente tuvimos ocasión para leer el resto de la obra (en realidad, hasta la pag. 94; los Cap. I-IV; ya que los Cap. V-VI se refieren básicamente a técnicas de investigación documental y de campo), y con ello nos dimos cuenta que ese título de Tecla, no responde, efectivamente, a la idea de, “contra la incertidumbre”, sino más bien, responde a la categoría al respecto en el “pensamiento complejo”, y no es, por lo tanto, tampoco una crítica a tal teoría; sino a lo más, una atenuación de esa categoría del “pensamiento complejo” que en su forma original se refiere a un agnosticismo por el cual se niega la posibilidad del conocimiento de los fenómenos de una realidad objetiva, que, por el contrario, se considera amorfa, caótica e incierta, reducida en Tecla a la angustia ante la descomunal cantidad de datos hoy existentes en un cuerpo de teoría, y que se ha de resolver por vía del mismo método de la ciencia.

 

                                 Hay en la obra, pues, un asunto, “ante la incertidumbre”, de “rendición ante lo inobjetable”, dándole la razón a la “posodernidad”; no es pues, un “contra de…” explícito a manera de crítica y negación.  De manera que, entendida así esa idea de contexto de todo su trabajo, nuestro comentario a la obra hará ver cómo, subrepticiamente, las posiciones del “neomarxismo” (de un supuesto “Marx de la posmodernidad”), se introduce haciéndose pasar como dialéctica materialista, falseando y distorsionando el verdadero marxismo en sus tesis esenciales.

 

                                 Así, desde el Prólogo de la obra nos encontramos con el concepto de “construcción del objeto de estudio”, una afirmación subjetivista, pues el “objeto de estudio” es precisamente objeto, porque está dado en los hechos, porque pertenece al mundo de los objetos materiales de la realidad fuera del pensamiento; y de ahí que, cuando atribuimos en él un acto de “construcción” a voluntad, hacemos del “objeto de estudio”, más bien, un “sujeto de estudio”; es decir, algo determinado por la subjetividad, por lo que está en la cabeza del sujeto, y no en la realidad objetiva.

 

                                 Había pues, desde el primer momento, una aparente debilidad esencial por cuanto a lo que la obra pretende ser: un estudio dialéctico materialista sobre el método.

 

                                 Por cuanto al Cap. I, podemos comentar lo siguiente.  Entre otros conceptos, por supuesto, hay en el lenguaje de la “posmodernidad”, dos que parecen expresar desde el primer momento en el título del capítulo y en título del primer apartado: el “estado del problema”, y “el cuerpo del saber”.

 

                                 La “posmodernidad”, que surge por oposición a la modernidad (la época de la Ilustración principalmente, a nuestros días), pretendiendo abandonar y “superar” el lenguaje de ésta, comenzó a denominar a las ciencias particulares, como “estados del arte”; volviendo a la idea medieval en que, no habiendo el concepto de ciencia en él, los conocimientos se identificaban así, clasificados en “artes liberales” y “artes teologales”.  Sospechamos pues, del concepto: “estado del problema”.  Pero, a su vez, al primer apartado de este capítulo, lo tituló, “El Cuerpo del Saber”, y a su vez, sospechamos de ello, porque en lo alrevezado de la “posmodernidad”, para ésta (a la inversa de la modernidad), primero es el saber, y luego de éste surge el conocimiento, dado principalmente del supuesto “diálogo de saberes”, que, supliendo el concepto de verdad por el de validación, el consenso en tal diálogo es el que “valida” (el que concede subjetivamente el carácter de “veracidad”), al conocimiento.

 

                                 Pareciera ser que la utilización de tales conceptos viene del “lenguaje de moda” (el lenguaje dado entre los años ochenta en que precisamente se formaliza el origen de la “época de la posmodernidad” y esta obra tiene su primera edición; y el 2001, a una década del derrumbe de la experiencia socialista del siglo XX, que el poco entendido asocia al “fracaso del marxismo”; y la 15ª edición de esta obra, misma que aquí comentamos).  En principio pareciera ser que sólo hay una influencia de ese “lenguaje de moda” impuesto por la “posmodernidad”, y en ello un falseamiento del marxismo como expresión plena de la modernidad.  En un “lenguaje posmoderno”, Tecla llama “cuerpo del saber”, lo que en términos del pensamiento de la modernidad se denomina como, “cuerpo del conocimiento” o “cuerpo de teoría”.  En todo caso, el enunciado de Tecla respecto del pensamiento de la modernidad, representa una mayor generalización.