Comentario a: Materialismo y Empirocriticismo, 1909; de V.I. Lenin (4/9)
Comentario a:
Materialismo y Empirocriticismo, 1909;
de V.I. Lenin (4/9)
Luis Ignacio Hernández Iriberri.
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(22 abr 17)
Del Cap II. La teoría del conocimiento del empirocriticismo
y del materialismo dialéctico. Segunda Parte.
Lenin examina en su primer capítulo los aspectos esenciales tanto del materialismo dialéctico como del empirocriticismo; ahora, en un segundo capítulo, tanto va a entrar en detalle en la crítica de la teoría del conocimiento empirocriticista y sus variantes, como se va a centrar en la crítica a los seguidores rusos de Mach.
La base teórica del empirocriticismo está en los planteamientos de Kant (1724-1804), principalmente en su idea de la “cosa en sí”, que para Kant son las ideas fundamentales dadas de antemano, de aquello más allá (o trascendente) de la experiencia: ejemplo, el espacio, el tiempo, el movimiento, la libertad…, en lo cual, por ello, no intervienen ni los pensamientos ni las sensaciones del sujeto. En ese sentido, los empirocriticistas, embrollando las cosas, identifican en un artilugio la “cosa en sí”, con la realidad objetiva; y lo anterior es preciso entenderlo así, para comprender la cita de Lenin en la que éste afirma: “Todos los machistas que pretenden ser marxistas, combaten la “cosa en sí” de Plejanov, a quien acusan de error y caer en el kantismo y de apartarse de Engels”[1]. Lenin subraya aquí el nombre de Plejanov, precisamente porque, dice: “los machistas que pretenden ser marxistas han dejado a un lado diplomáticamente a Engels, han ignorado por completo a Feuerbach y no han hecho más que dar vueltas alrededor de Plejanov”[2]. En realidad, crítica indirecta por la cual atacando a Plejanov, enfilaban su ataque realmente a Marx y Engels*.
Lenin se refiere al “populista Chernov enemigo jurado del marxismo”, dice aquel, acusando a Engels de un “materialismo ingenuamente dogmático”, dadas las reflexiones de Engels contra la “cosa en sí” de Kant, imposible de conocer, “inasequible”, dice Engels. Y Lenin muestra el estilo clásico de estos idealistas pretendiendo defenderse de las refutaciones, al echar éstos mano al sofisma, y aquí, con Chernov, en donde éste cambia la palabra “incognoscible”, “imposible de conocer”, “inasequible”, por la palabra “desconocido”, y entonces, primero, acusa a Engels de afirmar la cognoscibilidad de la “cosa en sí”, y no sólo en ciertas ideas trascendentales, sino en todo lo que no se conoce; y, segundo, acusa a Engels de afirmar la identidad entre los fenómenos de la realidad objetiva y la “cosa en sí”, identidad con la cual se vuelca contra el materialismo dialéctico. No más que embrollar, dice Lenin, subterfugios para confundir**.
Luego, de la misma manera, Lenin denuncia los artilugios sofistas de Basárov, por los que “Engels está arreglado de tal forma que parece un machista guisado y servido en la salsa machista”[3].
Hay que aprender bien la dialéctica, dice Lenin, y cierto es, para no dejarse envolver con esas sutilezas sofistas, y cita: “La representación sensible es precisamente la realidad existente fuera de nosotros dice Mach. Y al poco atento, esto le parecerá apegado al materialismo dialéctico, y Mach parecerá un materialista consecuente; pero Lenin subraya ahí la minúscula palabra “es”, que sustituye a la palabra “refleja”; y entonces “la representación sensible” ya no es la “imagen” o reflejo de la realidad existente fuera de nosotros, sino es la realidad misma; las ideas convertidas en realidad objetiva.
Lenin continua en los mismos argumentos luego contra Bogdánov, Beltov y demás, rescatando el pensamiento verdaderamente materialista dialéctico de Feuerbach y Diegtzen (1828-1888), y en un apartado aborda el problema de si existe la verdad objetiva. Para Bogdánov, apunta Lenin, citándolo: “la verdad es una forma ideológica, una forma organizada de la experiencia humana”[4]; que Lenin refuta haciendo ver que si ello es así, entonces la doctrina del catolicismo, una forma organizada de la experiencia humana, es también una verdad. Y Bogdánov agrega anticipándose a resolver esa contradicción: “la base de la objetividad debe hallarse en la esfera de la experiencia colectiva… De modo general, el mundo físico es la experiencia socialmente considerada, socialmente armonizada, en una palabra, socialmente organizada”[5]. A lo que Lenin repite que el mundo físico en todas sus Eras Geológicas, ha existido independientemente de la humanidad.
Finalmente, Lenin va enunciando lo que es la dialéctica materialista y la práctica social como criterio esencial del conocimiento verdadero, así como de lo que es la verdad absoluta y la verdad relativa. Y hay un pasaje extraordinario*** en el que Lenin, resumiendo el carácter de los recursos seguidas por Mach que se pretenden como marxistas, y “toma con sorprendente ingenuidad las frases de Mach como prueba de que éste se acerca al marxismo”[6]. Pero, dice Lenin, donde “Mach se acerca en esto al marxismo, lo mismo que Bismarck se acerca al movimiento obrero…”[7]; esto es, no lo suficiente por supuesto, para destruirlo.
[1] Op. Cit. p.89 (subrayado suyo).
[2] Op. Cit. pp.89-90.
* Truco ramplón usado hoy en día por los “neomarxistas”, los “marxistas críticos”, y “posmodernistas”, que diciendo criticar el “positivismo”, en realidad pretenden atacar a Engels y al materialismo dialéctico.
** Algo que vimos muy marcadamente en el “marxismo a la Chernov” de Alfredo Tecla, en su libro, “El Método Ante la Incertidumbre”.
[3] Op. Cit. p.104.
[4] Op. Cit. p.114.
[5] Op. Cit. p.115 (subrayado de Bogdánov)
*** Por su plena aplicación a las condiciones actuales de los pretendidos como marxistas, de los “neomarxistas”, de los “marxistas críticos” y los “novísimos empiromonistas” a lo Alfredo Tecla.
[6] Op. Cit. p.130 (subrayado suyo).
[7] Op. Cit. p.130.