Comentario a: Geografía, Prolegómenos; de Estrabón. Del Libro I. Cap. I-II (2/).

11.01.2019 15:38

Comentario a: Geografía, Prolegómenos; de Estrabón.

Del Libro I. Cap. I-II (2/).

Luis Ignacio Hernández Iriberri.

https://dimensionalidad.webnode.mx/

(7 nov 18).

 

 

Del Libro I. Cap. I-II. Del descriptivismo enciclopedista de Estrabón,

al estudio lógico del concepto de espacio en la noción aristotélica

de Eratóstenes.

 

                                 El Libro I de Estrabón inicia tratando el asunto de que, dice Estrabón, “la geografía es propia, no menos que cualquier otro estudio, de la profesión del filósofo”[1], frase que tiene qué ver con la idea de la Antigüedad, de la filosofía como la matriz de la cual se segregaron todas las ciencias.  No obstante, trasladada a nuestro tiempo adquiere el nuevo sentido de que no hay ciencia moderna, que no estructure su cúmulo de conocimientos en tres grandes campos: 1) el capo de investigación teórica (básica, de punta o de frontera como a su vez también se le llama); 2) el campo de investigación aplicada (o del desarrollo de modelos de aplicación de la investigación teórica); y 3) el campo del trabajo operativo (de la ingeniería de cada ciencia).  Y justo es en el campo de investigación teórica en el que no se puede prescindir de la filosofía.  De ella como general interpretación del mundo, o como especifica teoría del conocimiento y como lógica del mismo, es que dependerá toda ciencia en tanto tal[a].  En consecuencia, todo geógrafo que desee realizar su trabajo de investigación geográfica en el campo de la investigación en geografía teórica, deberá, indefectiblemente, de formarse con toda conciencia, en el campo de la filosofía, tomando posición por una expresión específica de la filosofía; no para ser, a su vez, geógrafo y filósofo, sino para poder hacer con fundamentos la “filosofía de la geografía”, es decir, su geografía teórica, su teoría del conocimiento, su lógica y su método científico.

 

                                 Luego, a lo largo del Cap. I, Estrabón va centrando lo propio al origen y desarrollo del conocimiento geográfico en su tiempo (la Antigüedad en su conjunto, desde Homero en el siglo IX ane), que para Estrabón, se enfatiza en el conocimiento de los fenómenos en los lugares, entendidos, pues, como regiones del hábitat humano.  Al final de dicho capítulo, Estrabón enfrenta, ya desde entonces, el problema del exclusivo “descriptivismo” y del “enciclopedismo”, previendo de ese enciclopedismo en cuanto que, dice Estrabón, es necesario para el geógrafo “que investigue todo tan minuciosamente, que todo lo conozca”[2], y en cuanto al exclusivo “descriptivismo” y la pretensión del conocimiento explicativo o causal de los fenómenos, agrega que el conocimiento geográfico tampoco tiene que ser “en cuanto afecta a la vista (con lo cual Estrabón se refiere a la pura descripción), o bien en su misma naturaleza”[3] (en su explicación causal); es decir: algo entre lo puramente descriptivo sin limitarse a ello, pretendiendo el conocimiento causal de los fenómenos, pero tampoco sin llegar a serlo en tanto objeto de estudio de otras ciencias.

 

                                 Ese planteamiento es teóricamente esencial en geografía; Estrabón está en lo correcto como propósito, no obstante, por veinte siglos, una geografía del “hábitat humano”, no pudo resolver metodológicamente el tratamiento de los fenómenos, que no se limitara a la descripción, pero que causalmente no usurpara los trabajos de otras ciencias.

 

                                 Su Cap. II en sus primeras líneas, vuelve a ese problema esencial en geografía, y dice: “No es censurable el hecho de que nosotros emprendamos la tarea sobre los mismos asuntos que muchos han considerado antes, a no ser que se nos convenza de que exponemos todo esto de la misma manera que aquellos”[4]; y, sin embargo, muy a su pesar, el resultado es ese.  Y más aún, ese no es todo el problema, pues al tratar con los fenómenos objeto de estudio especial de otras ciencias, no puede sino tomar de ellos, como dice René Clozier, en forma “parasitaria”[b], los conocimientos investigados causalmente en ellas, exponiéndolos en cuanto los fenómenos que son, básicamente, de la misma manera que aquellos; donde lo que cambia, es lo verdaderamente geográfico: la referencia en los lugares, la espacialidad.

 

                                 Luego pasa a la áspera e inconsecuente crítica a Eratóstenes (276-197 ane), en el análisis de su obra, “Geografía”, quien expuso su pensamiento dos siglos antes.  Pero esta crítica a Eratóstenes le es necesaria a Estrabón, como él mismo lo expresa, “para poder enmendar su geografía”[5], la de Eratóstenes por supuesto; y la crítica empieza por el “antievemerismo”[c] de Eratóstenes.  Otro aspecto de crítica está en la discusión sobre la verdadera medida de las distancias, principalmente, en la región del Mediterráneo (asunto hoy irrelevante).

 


[1]        Op. Cit. p.5.

[a]      Al autor de este escrito le tocó, no en suerte, sino como necesidad histórica, el fundar el campo de la investigación en geografía teórica en México (1980), en un momento histórico concreto en que en el mundo se discutía con intensidad sobre la identidad de la geografía.  Y mientras que en otras partes se resolvía ya con los fundamentos filosóficos del positivismo, o bien en otras con las posiciones del “neomarxismo” o del “marxismo crítico”, y en otras más con la filosofía del “realismo crítico” popperiano, o del “pensamiento complejo” de la llamada “posmodernidad”, nosotros lo resolvimos con la aplicación del materialismo dialéctico (el marxismo clásico ortodoxo).

[2]        Op. Cit. p.24.

[3]        Op. Cit. p.24.

[4]        Op. Cit. p.27.

[b]      Clozier, René; Les Étapes de la Geographie; Press Universitaries de Francia-“Qué sois-je; París, 2° edición en francés, 1949; p.97.

[5]        Op. Cit. pp.29-30.

[c]      El “antievemerismo” se refiere a la no aceptación de la idea de Evemero (300 ane), filósofo cirenáico, de tomar los mitos como historia parcialmente deformada.