Breviario Materialismo Dialéctico. Introducción.

13.10.2016 06:03

Breviario

Materialismo Dialéctico.

Introducción.

Luis Ignacio Hernández Iriberri.

www.dimensionalidad.webnode.mx

14 sep 16.

 

Introducción.

 

                                 Un “Breviario", por muchas razones: su elaboración relativamente rápida, su facilidad de publicación (en forma seriada a través del Blog: dimensionalidad.webnode.mx), su lectura no farragosa y en lo más esencial para una mejor comprensión.

 

                                 Seguimos en él la estructura planteada por G. Kursánov en su “Manual de Materialismo Dialéctico”[1], 1966; cuya lógica de exposición, sigue la explicación de: 1) Materia; 2) “Materia y conciencia”; 3) “Dialéctica”; 4) “Teoría del conocimiento materialista dialéctico”; y, 5) “Conocimiento de la verdad”.  Es una lógica que sigue las condiciones mismas de la teoría del conocimiento dialéctico materialista y su finalidad.

 

                                 El marxismo surgió desde mediados del siglo XIX, no sólo gracias a la inteligencia de Carlos Marx (1818-1883), sino a la aplicación de ésta a la integración de todo un nuevo sistema de ideas, a partir de los avances dados en las ciencias hasta entonces, y, principalmente, 1) en la llamada “filosofía clásica alemana”, de fines del siglo XVIII con Kant (1724-1804); Schiller (1759-1805); Fichte (1762-1814); Hegel (1770-1831); y Schelling (1775-1854); de un pensamiento filosófico idealista; 2) en el desarrollo de las ideas sociales expuestas en el socialismo utópico francés, con Saint-Simón (1760-1825); Owen (1771-1858); y Fourier (1772-1837); así como, 3) los avances de la economía política dados principalmente en Inglaterra con Adam Smith (1723-1790), y David Ricardo ((1772-1823).  A lo que, entre todo ello, contribuyó la crítica materialista y ateísta de Feuerbach (1804-1872), al idealismo dialéctico de Hegel.

 

                                 Así, el marxismo es, esencialmente, un sistema filosófico, en el cual se funden el pensamiento filosófico materialista y el pensamiento filosófico dialéctico, dados cada uno a lo largo de la historia, y hasta entonces, en forma desvinculada el uno del otro.  Luego, el marxismo no sólo es la fusión de estos dos sistemas filosóficos de pensamiento, sino es la aplicación de la filosofía materialista dialéctica al análisis social y económico-político, descubriendo las contradicciones y leyes esenciales de ello: la lucha de clases sociales; la aparición y extinción del Estado; la organización y emancipación histórica del proletariado; la ley del valor y la ley de la plusvalía, etc.  De ello se sigue el que, quien esto escribe, no comparta la idea surgida en la marxología soviética, del desdoblamiento de un “materialismo dialéctico”, y un “materialismo histórico”, idea última que da lugar a un “determinismo histórico” (la ocurrencia necesaria de los hechos histórico-sociales, independientemente del hombre, haciendo mecánico el concepto del “ser social”).  Lo discutido en el campo del “materialismo histórico” es, en realidad, y correctamente, sólo las aplicaciones de la dialéctica materialista a los fenómenos sociales y económico-políticos.

 

                                 Lo primero comprender, pues, en el estudio del marxismo o materialismo dialéctico, es, entonces, el concepto de “materia”.  Pero como esto ha de ser necesariamente vinculado a un “ser social” (el sujeto y su conciencia en un momento y circunstancia histórica concreta), luego de comprendido qué es la materia, habrá de estudiarse el problema de la relación de la materia y la conciencia; de hecho, el problema fundamental de la filosofía en general, y de cómo se resuelve en la filosofía materialista dialéctica.

 

                                 Luego, lo segundo a comprender, es el concepto de “dialéctica”, y en particular como “dialéctica materialista”.  Esto es, comprender la estructura y conocimiento de toda una forma específica de pensar.  Lenin hace ver cómo Marx establece la dialéctica materialista como método; pero no en el sentido de una herramienta circunstancial y arbitraria conectada a un pensamiento dado cualquiera; sino “el método como forma del pensar”.  Y de ahí que la forma del pensar dialéctico, como método, posea una estructura y formalización científica rigurosa, dad en un conjunto de postulados, principios, leyes y categorías fundamentales.

 

                                 Esa forma del pensar como método, se apega a fundamentos en una teoría filosófica acerca de la forma en que se obtiene el conocimiento del mundo y su veracidad; es decir, se apega a una teoría del conocimiento o gnoseología (en la filosofía idealista se prefiere e término “epistemología”, introducido por Ferrier en sus “Fundamentos de la Metafísica”, en 1854); que en la filosofía dialéctico materialista se denomina como “teoría del reflejo”, “según la cual, los resultados del conocimiento deben ser relativamente adecuados a su fuente; el original”[2].  Esto es, que el mundo objetivo se refleja en el pensar en función de la causalidad, en la práctica histórico social (la cual no sólo se refiere al pasado, sino al futuro), en la cual se ponen en juego los órganos de los sentidos a través de los cuales lo percibimos, organizados en el cerebro como un conocimiento lógico y comprobable en su veracidad en esa misma práctica histórico social.

 

                                 Ello hace que esos criterios de la veracidad (la objetividad, la causalidad, la lógica, la práctica histórico social, y la previsión científica), desempeñen una función esencial: la previsión científica, por la cual nos podemos dirigir con certeza a un futuro.

 

                                 La dialéctica materialista es pues, una forma de pensar sistemático, metódico, sobre la base de un pensamiento materialista; es decir, del reconocimiento de que sólo existe un mundo único material monista, la realidad física, natural), ajeno a las fantasías dualistas de la existencia de otro mundo “igualmente real”, pero, “sobrenatural” o “metafísico”.

 

                                 En ese sentido, la dialéctica materialista es necesariamente ateísta; y, como veremos, el ateísmo es la esencia del humanismo.  Y la filosofía dialéctico materialista es, pues, en esencia, a su vez, una filosofía profundamente humanista, expresando en ello su realización plena.

 

 


[1]        Kursánov, G; Manual de Materialismo Dialéctico; Ediciones Palomar; México, 1966.

[2]        Frolov, I.T; Diccionario de Filosofía; Editorial Progreso; Moscú, 1980; v. Reflejo, Teoría del.