Breviario Materialismo Dialéctico. Cap. V. Teoría del Conocimiento Materialista Dialéctica. 3) Los criterios de la verdad.

22.12.2016 17:31

Breviario

Materialismo Dialéctico.

Cap. V.  Teoría del Conocimiento Materialista Dialéctica.

3)      Los criterios de la verdad.

Luis Ignacio Hernández Iriberri.

https://dimensionalidad.webnode.mx

20 dic 16.

 

Cap. V.  Teoría del Conocimiento Materialista Dialéctica.

 

3)      Los Criterios de la verdad.

 

                                 El problema del conocimiento verdadero, es el problema esencial de la teoría del conocimiento, y es “del todo evidente” (excepto para los idealistas), que sin un conocimiento verdadero acerca del mundo que nos rodea, no sería posible al ser humano ir más allá de su simple existencia, cual un irracional animal más de la fauna del planeta, sin posibilidad de deducir y comprobar sus deducciones.  Discernir entre o que es verdadero o es falso, es una operación del pensamiento en una comprobación deductiva a partir de la realidad objetiva, y es ello lo que le perite al ser humano prever y conducirse con acierto en el mundo.

 

                                 Pueden mencionarse hasta cinco criterios o elementos para juzgar lo verdadero: 1) la objetividad, como condición primera en el reconocimiento de un mundo de los objetos materiales que existe fuera e independientemente de nuestro pensamiento; 2) la causalidad (el determinismo), como aquello que nos permite distinguir lo necesario en el hecho a verificar, distinguible de hechos fortuitos o casuales que nos pudiesen inducir a lo falso por una asociación incorrecta; 3) la lógica, condición necesaria para el correcto proceso deductivo y de verificación de hipótesis; 4) la práctica social, criterio esencial de corroboración de lo verdadero, entendida no sólo como lo históricamente dado, sino como la corroboración en los hechos futuros previsibles; y 5) la previsión científica, condición inherente a la práctica social como hecho corroborador, y objetivo último del conocimiento verdadero.

 

                                 Lenin decía que todo pensamiento humano es siempre un reflejo de la realidad objetiva; de modo que las ficciones religiosas son reflejo de la realidad, aun cuando un reflejo falso, en tanto ideas subjetivas tergiversadas acerca de las causas y leyes objetivas de la realidad, constituyendo una práctica social errada, incapaz de suyo, de prever lo acontecimientos (los cuales, incluso deja a la predestinación divina).  La vida muestra -dice Kursánov- que los conocimientos que reflejan fielmente el mundo material, son los únicos que pueden servir como guía certera para la acción; y de ahí que el conocimiento científico sea el único conocimiento acerca de la verdad objetiva.

 

                                 De más estaría decir que la verdad es sólo objetiva y sale sobrando el referirnos a la verdad como verdad objetiva; pero las posiciones idealistas, por su esencia subjetivistas, insisten en que puede haber una “verdad subjetiva”, que se reduce a la “verdad de cada cual”, confundiendo la simple opinión, con un conocimiento científicamente fundamentado (objetivo, causal, lógico, corroborable en los hechos, y capaz de dar una previsión científica a futuro).  Si la opinión de cada cual se pudiese tomar como conocimiento verdadero -en caso de que esto fuese posible-, la realidad sería como a cada cual se le ocurriese en su propia subjetividad, y ésta, efectivamente, se presentaría como un caos de incertidumbre; y por ello el idealismo se ocupa de presentar las cosas al revés; es decir, primero nos habla de la realidad como un amorfo caos de incertidumbre e indeterminación, y luego, con base en esa subjetividad, nos dice que, en consecuencia, la “verdad”, no puede ser sino “subjetiva”.

 

                                 Una variante de este idealismo subjetivista está en el pragmatismo, que pareciendo reconocer el carácter objetivo de la verdad por los hechos prácticos, en realidad sólo atribuye al valor que el sujeto le da al hecho práctico, la condición de “lo verdadero”.

 

                                 El reflejo de la realidad objetiva, hemos dicho en el apartado anterior, es siempre incompleto, de modo que la “realidad pensada” no es idéntica a la “realidad concreta”, a más de lo que ya antes apuntábamos, por el hecho de que lo esencial de los objetos y su manifestación como fenómeno, no siempre coinciden en la percepción sensorial; y ello tiene como consecuencia el que sólo a través de una suma de verdades parciales, se llegue a la verdad “total”.

 

                                 De lo anterior aparece el problema entre los conceptos de “verdad absoluta” y “verdad relativa”.  Para el materialismo dialéctico, la verdad no es unilateralmente en una u otra forma, sino, dialécticamente, ambos; de modo que esa “verdad total”, resultado de una suma de verdades parciales, es sólo en un momento dado y bajo ciertas condiciones, absoluta; pero que en otro momento dado y bajo distintas, se vuelve relativa*.  La objetiva verdad absoluta de la ley de la gravitación universal, sólo lo es en un momento dado, bajo las condiciones de un objeto en el influjo de una masa gravitacional.  Un objeto fuera de dicho influjo, sin relación con él, no responderá a dicha ley (lo cual no significará que se invalide la misma), de modo que esa verdad absoluta de la gravitación universal se hace, a su vez, objetivamente, una verdad relativa, en el momento en que consideramos otras condiciones en la relación de un objeto con la masa gravitacional.  Así, en general en todo caso, podemos decir que la verdad absoluta objetivamente existe, pero que ésta, simultáneamente, se convierte objetivamente en verdad relativa, al cambiar el sistema de referencia bajo el cual se le consideró inicialmente.

 

                                 Entendidas como un par de categorías dialécticas, podemos decir, entonces, que a verdad absoluta es la “condensación” (o concreción), de la verdad relativa; tanto como la verdad relativa es el despliegue mismo de la verdad absoluta bajo nuevas condiciones.

 

 


*        El concepto de “lo relativo”, se refiere a “lo que objetivamente está en relación con…”; y es erróneo entender por ello esa idea subjetiva arbitraria de “lo que puede ser o no…”, o de que “lo absoluto es lo objetivo”, y lo relativo es lo subjetivo”.