Breviario Materialismo Dialéctico. Cap. IV. Formalización Teórica del Materialismo Dialéctico. 4) Categorías Fundamentales. 0) lo general y lo singular.

12.12.2016 16:02

Breviario

Materialismo Dialéctico.

Cap. IV.  Formalización Teórica del Materialismo Dialéctico.

4) Categorías Fundamentales.  o) Lo general y lo singular.

Luis Ignacio Hernández Iriberri.

https://dimensionalidad.webnode.mx

11 dic 16.

 

Cap. IV.  Formalización Teórica del Materialismo Dialéctico.

 

4)      Categorías Fundamentales.

 

o) Lo general y lo singular.

 

                                 Siempre hay algún punto en el que se disiente del maestro.  Kursánov, en su obra en la que esencialmente nos formamos en la filosofía materialista dialéctica y en la que en este Breviario le hemos hecho homenaje, “Problemas Fundamentales del Materialismo Dialéctico”, menciona la existencia de dos triadas: 1) la posibilidad, la probabilidad y la realidad; y 2) la parte, el todo y el sistema, de la que, luego de haber hecho esta rica revisión de las categorías de la dialéctica materialista; a cincuenta años de la publicación y estudio de esta obra, de la que aún seguimos aprendiendo; hemos decidido, a contravenia del maestro, guardar la consistencia lógica de la dialéctica, que se expresa en pares de categorías.

 

                                 En realidad, en la dialéctica de los pares de categorías, suelen haber conceptos fundamentales ineludibles en el tratamiento de las mismas, al punto que parecen formar precisamente “triadas”.  Pero hemos llegado a la conclusión de que, enunciarlo así, es erróneo, en principio, porque rompe la condición contradictoria (falseando, por lo demás, la ley de la lógica formal del “tercero excluido”, por la cual, de dos enunciados contradictorios entre sí, uno ha de ser el necesariamente verdadero, y no hay tercero); pero, además, porque no destaca en su justa dimensión el papel de ciertos conceptos fundamentales, pero que no por ello alcanzan el rango de categorías; y más aún, corriéndose el riesgo de que se introduzcan conceptos antidialécticos como el de “praxis”.

 

                                 Es el caso, por ejemplo, cuando al tratar la relación dialéctica entre materia y movimiento, en la que surgen los conceptos fundamentales de “formas de movimiento” y “formas de existencia”; de espacio y tiempo, en que aparecen los conceptos de “vacío, de “lo discreto” y “lo continuo”; o en la relación de sustancia y campo, donde se tiene el concepto ineludible de “energía”; o al tratar el par de categorías de cantidad y calidad, en donde nos encontramos con los conceptos de “medida” y “salto”; o en las categorías de contenido y forma, en que aparece el concepto de “estructura”.  Estos conceptos secundarios no “median”, no hacen la dialéctica, tan sólo expresan un aspecto esencial de la contradicción.

 

                                 Así, entre “la realidad y la posibilidad”, se tiene el concepto fundamental de “probabilidad”, pero justo sólo como medida de la posibilidad; o el par de categorías de “el todo y el sistema”, en el cual se da el concepto de “la parte”, como la referencia a los elementos posibles del sistema.

 

                                 Este problema fundamental del materialismo dialéctico planteado por Kursánov, no es para nada trivial; Frolov, en Diccionario (el que más hemos referido por ser, al parecer, la última edición de la marxología publicada en México, 1984), pero lo mismo que en los diccionarios de Rosental e Iudin (1965), o de Blauberg (1971); se explica que el concepto de “triada”, fue tomado por Hegel para caracterizar el desarrollo dialéctico que va de la “tesis a la antítesis, y de ésta a la síntesis”.  En general ello es correcto, pero en la filosofía marxista se criticó de “esquema artificial” para entender la dialéctica; y así, la lógica dialéctica real, está sólo en esa síntesis en la cual se unifican e invierten los contrarios en esa manera de ser el uno en el otro en dos momentos distintos, en una negación de la negación.

 

                                 Así, nos referiremos ya sólo por último, al par de categorías de “lo universal o general y lo singular”, las cuales expresan etapas del conocimiento del mundo; y en lo que fácilmente pudiera identificarse una “triada”, si observamos el caso de “lo particular”, pero mismo que no es sino una medida de lo singular, como un conjunto de singularidades.

 

                                 Lo general y lo singular se cotejan con la relación que hay de “el todo y la parte”.  Así como el todo no es la suma mecánica de las partes , sino que ese todo expresa algo más que ello, que es precisamente la generalización de lo común a todas las partes; así, lo general no es el agregado de las singularidades.  Lo general, pues, siendo algo más que la suma mecánica de las singularidades, expresa la identidad en lo común de las singularidades en un todo único.

 

                                 De este modo, la manera en que la singularidad expresa las diferencias que hacen la diversidad del mundo, lo general expresa la semejanza que en esa diversidad hace la unidad de mismo.  Y ello es posible dado que, de la misma manera que puede afirmarse que no existen dos cosas absolutamente idénticas entre sí, puede afirmarse, a su vez, que no existen dos cosas absolutamente diferentes entre sí, pues algún punto en común, tendrán con el Universo mismo; y, en consecuencia, así como lo general o universal se manifiesta en lo singular, lo singular o individual se constituye en sí mismo como algo, a su vez, general o universal respecto de sus elementos particulares; y en ese sentido, lo singular es sólo un estadio de lo general, que a su vez, es en un momento dado, pasa a ser una condición singular respecto de un estadio más general aún.  Lo particular, como un conjunto homogéneo de lo singular, es sólo la medida o expresión cuantitativa y cualitativa de la relación dialéctica entre los singular y lo general.  La relación dialéctica entre lo general y lo singular expresa, entonces, la unidad del mundo.

 

                                 Luego, de la manera en que lo singular expresa las relaciones históricas concretas de un lugar y momento dado, lo general establece las leyes a que, no obstante, ello está sujeto en la necesidad objetiva.  Así, por ejemplo, es un intento vano el querer reproducir la experiencia de la revolución de un país y un pueblo concretos, en un momento histórico concreto; para otro lugar y sociedad concretas distintas, en un momento histórico concreto diferente.  Lo que la dialéctica enseña, es que, dentro de las leyes generales necesarias de la transformación social del mundo, se dan las singularidades a través de las cuales se expresan esas leyes, pero en situaciones históricas concretas propias.  Como este ejemplo, la relación dialéctica de lo general y lo singular, puede analizarse en cualquier otro aspecto de la realidad.

 

                                 Finalmente, debemos asentar, lo general y lo singular son lo mismo, en dos momentos distintos; y así como lo general o universal se despliega en lo singular o individual; así lo singular se “condensa”, completa o generaliza, en lo universal o general, en la transformación dialéctica de un puesto en otro.