Breviario Materialismo Dialéctico. Cap. IV. Formalización Teórica del Materialismo Dialéctico. 1) Postulados. b) El mundo material existe objetivamente.

24.10.2016 16:57

Breviario

Materialismo Dialéctico.

Cap IV.  Formalización Teórica del Materialismo Dialéctico.

1)      Postulados.  b) El mundo material existe objetivamente.

Luis Ignacio Hernández Iriberri.

https://dimensionalidad.webnode.mx

18 sep 16.

 

Cap. IV.  Formalización Teórica del Materialismo Dialéctico.

 

1)       Postulados.

 

b)      El mundo material existe objetivamente

 

                                 Si el mundo material es único y únicamente material, el sujeto cognoscente, o sean los individuos o sujetos pensantes, en tanto forman parte de ese mundo de los objetos materiales, también son, a su vez, objetos del mundo material; sólo que todos los objetos no son iguales entre sí, pueden distinguirse unos de otros por sus cualidades, y una preminente cualidad el “sujeto cognoscente” en tanto objeto del mundo material, es el ser un “objeto que piensa”.

 

                                 Así, en tanto el sujeto cognoscente es pensado tal como son pensados los demás objetos del mundo material, ese “sujeto cognoscente”, es objeto; pero, al mismo tiempo, cuando ese sujeto cognoscente es el que piensa el mundo material fuera de él (incluyendo a los demás sujetos pensantes), todo ello pasa a formar parte del mundo de los objetos materiales reflejados en el pensamiento, distinguibles cada uno por sus cualidades, y en ellos, el que nosotros mismos entre esos sujetos pensantes, no obstante ser objetos, ello no querrá decir que se nos piensa como si fuéramos piedras, sino distinguidos cualitativamente entre los demás objetos, precisamente como objetos pensantes, siendo reconocidos como seres humanos semejantes al sujeto cognoscente.  Esto quiere decir que somos al mismo tiempo sujetos, cuando pensamos el mundo de los objetos materiales fuera de nuestro pensamiento; y somos objetos, cuando somos pensados por un sujeto cognoscente.  Los intelectuales burgueses se ofenden de su condición de “objetos”, porque asocian los “objetos” a “cosas”, en particular, a las “cosas inanimadas”, sin entender la distinción entre las cosas por sus propias cualidades.

 

                                 Eso es lo que quiere decir un conocimiento dado objetivamente (del lat. objicere, poner por encima o por delante), y en este caso de su relación con un sujeto cognoscente, significa ponerlo por encima o por delante del sujeto (del lat. subjicere, subordinar), y en ese caso subordinar o sujetar el objeto de conocimiento.

 

                                 El mundo material existe objetivamente, es pues, el mundo de los objetos materiales puestos por encima o por delante, fuera del pensamiento e independientemente de los deseos o voluntad del sujeto cognoscente.

 

                                 Hay un desarrollo constante del mundo material que ha ido de lo simple, de las micropartículas, a lo complejo, los elementos; de los microorganismos, al ser humano; de la básica reacción de conciencia en el estímulo-respuesta, a las altas formas de la conciencia deducidas por el pensamiento en sus relaciones socio-productivas.  Al punto que podemos afirmar que, no sólo la vida, sino esas formas elevadas de la conciencia producto de la evolución de la vida, son inherentes al mundo material en todas partes del Universo.

 

                                 Hay, necesariamente, como decía Giordano Bruno, infinitos mundos habitados por otras inteligencias semejantes, y aún superiores en su evolución, a nosotros.  No debería extrañarnos el que estuviesen presentes entre nosotros desde hace mucho tiempo, tal como nosotros irrumpimos en el mundo de los campos labrantíos dejando ahí el termitero, indiferentes, continuar su existencia; conviviendo con las especies altamente organizadas, hormigas, abejas, etc; y aún altamente inteligentes, delfines, elefantes, chimpancés; unas veces infringiéndoles daño, otras viendo por su sobrevivencia; y en donde algunas de esas especies viven en la plena inconsciencia de nuestra presencia, en tanto otras ya valoran, así sea instintivamente, sus actos respecto de los nuestros, en una plena conciencia de nuestra presencia en “su mundo”; y por la conciencia del desarrollo de las cosas, no debería extrañarnos en que en poco tiempo pudiésemos tener un contacto abierto, consciente, que ocasionaría un salto cualitativo en la humanidad, tan grande, como el salto cualitativo que va de a simple conciencia en sí, de la existencia de nuestro ser; a la enormemente compleja conciencia para sí, de la razón de ser y propósito de tal existencia de nuestro ser en el Universo.