Breviario Materialismo Dialéctico. Cap. IV. Formalización Teórica del Materialismo Dialéctico. 2) Principios. c) El movimiento como consecuencia de las contradicciones.
Breviario
Materialismo Dialéctico.
Cap. IV. Formalización Teórica del Materialismo Dialéctico.
2 ) Principios. c) El movimiento, como consecuencia de las contradicciones.
Luis Ignacio Hernández Iriberri.
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30 sep 16.
Cap. IV. Formalización Teórica del Materialismo Dialéctico.
2) Principios.
c) El movimiento, como consecuencia de las contradicciones.
El cambio, la transformación, el desarrollo; en sí, el movimiento de las cosas objetivamente existentes, ocurre, hemos dicho, como consecuencia de la alteración del conjunto de las relaciones tanto internas como externas que determinan al fenómeno. Pero, a su vez, hemos dicho, relaciones en las cuales se expresan las contradicciones en el objeto, las cuales, finalmente, son las que dan movimiento al mismo.
Lo que se discute aquí, pues, es básicamente el principio de la contradicción; esto es, de la unidad e intercambio de los opuestos. La característica más general y esencial de una contradicción, es, en principio, la unidad de los opuestos.
Pero tal unidad (o condición de único), en el caso de las contradicciones no-antagónicas, no debe entenderse mecánicamente, por una especie de yuxtaposición de los opuestos, a manera de juntar dos cosas diferentes; sino, dialécticamente, por esa condición de unidad entendida como lo único, debe entenderse una sola cosa, tan sólo en dos momentos distintos, en los cuales, en uno, domina en la forma de un opuesto, y en otro momento, domina en la forma del otro opuesto; o bien, en donde en un momento un opuesto es la expresión del otro en otras condiciones, como eso otro opuesto será, en otro momento, la expresión del primer opuesto bajo condiciones distintas.
No obstante, existe el caso de las contradicciones antagónicas, de opuestos irreconciliables, y en donde uno subsistirá sobre el otro, y este {ultimo será eliminado, dejará de existir. Este es un caso particular de la unidad, o propiamente dicho, de la unicidad de los opuestos como dos momentos de una misma cosa, pero en donde un momento y sus cualidades, no es sintetizado transformándose en el otro en nuevas condiciones, sino que es eliminado, ese opuesto pierde dominancia y se extingue en un proceso más o menos largo, dependiendo de la naturaleza de la contradicción.
Así, en una contradicción, por ejemplo ente lo teórico y lo práctico, lo primero a entenderse, dialécticamente, es esa unidad de los opuestos no como el hecho de que estos estén inseparablemente juntos, sino entendidos como “lo único, y lo mismo”, es decir, en una unicidad, de modo que, teoría y práctica serán la misma cosa, tan sólo en dos momentos distintos. Esto es que, la teoría hay que entenderla como la práctica misma, pero en el momento de ésta en forma “condensada”; y la práctica ha de entenderse como la teoría misma, pero en el momento de ésta, en forma “desplegada”. Lo mismo ocurrirá, invariablemente, en el caso de todos los opuestos posibles de una contradicción.
No obstante, los opuestos en una contradicción antagónica, en donde los opuestos no se sintetizan o transforman uno en el otro, se da por ejemplo, en la contradicción de la “lucha de clases sociales”. En ella, en un momento dado, burguesía y proletariado se presentan como una misma cosa: la sociedad en general (ss.XV-XVIII); ahí la burguesía es el mismo proletariado, pero en el momento de un aparente “proletariado” con privilegios de explotador; a la vez que el proletariado es la misma burguesía, pero en el momento de una aparente “burguesía” con privilegios de opresión y explotación. Es el caso del llamado “tercer Estado” (la alianza burguesía-proletariado bajo el lema de “Igualdad, Fraternidad y Libertad”, previo a la Revolución Francesa de 1789, pero que dejó de existir luego de ella. Como sociedad en general, una clase es susceptible de transformarse en otra. Pero en el proceso histórico del cambio de sus relaciones, no sólo se distinguen ya una de la otra (s.XIX), sino ya ven enfrentados sus intereses contraponiéndose irreconciliablemente.
Cambian las relaciones y la burguesía deja de ser revolucionaria, y ya no es posible ver más la transformación de los opuestos, y surge la condición antagónica de la contradicción; y ésta no se resolverá, sino con la eliminación (así sea su extinción en un largo proceso), de una clase social por otra en las sucesivas transformaciones, ascendentes y progresistas, de sus relaciones (las luchas proletarias de los ss.XX-XXI).