Breviario Materialismo Dialéctico. Cap. III. Dialéctica. 2) Dialéctica Materialista.

19.10.2016 15:11

Breviario

Materialismo Dialéctico.

Cap III.  Dialéctica.

2)      Dialéctica Materialista.

Luis Ignacio Hernández Iriberri.

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17 sep 16.

 

Cap. III.  Dialéctica.

 

2)      Dialéctica Materialista.

 

a)      Postulados, principios, leyes y categorías

         de la dialéctica materialista.

 

                                 Un postulado es una afirmación primera que no requiere de demostración, y no porque ello quede en una vaguedad subjetiva, sino porque su demostración, en todo caso, es evidente; se establece como un hecho de experiencia históricamente dado, como reflejo en una dialéctica materialista en el pensamiento, de la dialéctica materialista de la realidad objetiva concreta.

 

                                 Así, los postulados de la dialéctica materialista son: 1) el reconocer que sólo existe un mundo material (caben las creencias fantásticas de mundos sobrenaturales o “Reino de los Cielos”, ni idolatrías de “espíritu” alguno); 2) el que el mundo material existe objetivamente (es decir, que existe independientemente de los deseos o voluntad de los individuos o sujetos); 3) que el mundo material objetivo, está en permanente movimiento, expresado en sus cambios, transformaciones y desarrollo, tanto en el tiempo como en el espacio (en el mundo material, nada es estático e inmóvil, ni existe fuera del tiempo y del espacio); 4) que el mundo material objetivo en permanente movimiento, se despliega en sucesivas transformaciones cualitativas (está en desarrollo, de lo inferior a lo superior, de lo simple a lo complejo, de cuantitativo a lo cualitativo); y, 5) que en el mundo material objetivo en movimiento y desarrollo, todo está en una relación universal.

 

                                 Sobre la base de estos cinco postulados, se da la restante formalización teórica de la dialéctica materialista, de modo que de éstos se deducen, en segundo lugar, los principios o leyes más generales y esenciales de la dialéctica materialista.

 

                                 Una ley general, es en sí misma una regularidad constante en el fenómeno, y en las dialéctica, esas regularidades son: 1) la determinación histórico-concreta de los fenómenos; esto es, que, entender los fenómenos en o que son, nos impone su análisis histórico concreto; 2) el análisis objetivo e histórico concreto de algo en un momento dado, es sólo un corte necesario en el tiempo; pero, de hecho, al tiempo en que se estudia, está cambiando; 3) el movimiento de los fenómenos es consecuencia de sus contradicciones, ya antagónicas o no- antagónicas; es decir, de la negación de un opuesto que en sí mismo ya es una negación, de modo que el otro opuesto se afirma en las sucesivas transformaciones de un opuesto en otro; 4) la solución objetiva de una contradicción no-antagónica, expresa una síntesis en la cual el fenómeno se transforma adquiriendo una nueva identidad y haciendo surgir una nueva contradicción esencial más profunda; y 5) la solución objetiva de una contradicción antagónica, expresa la eliminación de un opuesto por el otro, en donde este se convierte en dominante.

 

                                 Luego, sobre la base de los principios como regularidades o leyes más generales, se dan las leyes específicas o concretas de la dialéctica materialista, en consecuencia: 1) la ley de la unidad y lucha de contrarios; 2) la ley de las transformaciones cuantitativas en cualitativas, y 3) la ley de la negación de la negación.

 

                                 Si bien se ve, estas tres leyes, las dos primeras enunciadas por Engels y la tercera enunciada ya antes por Hegel, como en todas las ciencias, no pueden ser la únicas.  El descubrimiento de nuevas leyes, de nuevas regularidades esenciales, ha de poner de manifiesto lo riguroso de la dialéctica materialista; pero, a poco más de un siglo de establecidas estas leyes en la dialéctica materialista, toda la marxología del siglo XX no fue capaz de aportar un avance en ese sentido (y pareciera un desacato intentar hacerlo).  Pero si algo tiene la formalización teórica, es que es axiomática; es decir, que unas cosas van deduciéndose de las anteriores; de modo que esas tres leyes se deducen sin dificultad de los principios: 3) del movimiento de los fenómenos como consecuencia de sus contradicciones; 4) donde la solución objetiva de una contradicción no-antagónica, se expresa en una síntesis; y 5) en el que en la solución objetiva de una contradicción antagónica, se expresa la eliminación de un opuesto por el otro; contienen, necesariamente, por esa axiomática, los principios: 1) la determinación histórico-concreta de los fenómenos; y, 2) el análisis objetivo e histórico concreto de algo en un momento dado, es sólo un corte necesario en el tiempo; esto es, los referidos al análisis histórico-concreto; pero no los explicitan, y, en mucho, porque debe enunciarse una ley propia de ello.

 

                                 Así, con todo el desacato, con toda esa “irreverencia” hacia la “teoría omnímoda”, nos tomaremos la libertad de enunciar; basados en la lógica de la formalización teórica en donde axiomáticamente falta una expresión explícita; una cuarta ley de la dialéctica materialista: la “ley de las relaciones histórico-concretas determinantes de los fenómenos”; lo cual, simplemente, está en consistencia con todo lo demás, como condición necesaria y regularidad esencial*.

 

                                 Por excelencia, estos postulados, principios, leyes y categorías de la dialéctica materialista, expresan las generalidades de ésta como método, como la manera de hacer la consideración sobre un objeto de estudio.  Pero nada lo expresará aún mejor, que el aparato de categorías fundamentales de la dialéctica materialista.

 

                                 Se entiende por “categoría”, un concepto de particular importancia, que invariablemente está presente en la explicación de la teoría.  Son los conceptos objetivos más abstractos, generales y esenciales, que expresan la dialéctica materialista de un fenómeno.  Kursánov en su obra, “Problemas Fundamentales del Materialismo Dialéctico”, no podría exponer mejor esta idea: “Incluso el pensamiento más sencillo, por ejemplo, <>, contienen las categorías de objeto (hoja, suelo), calidad (amarillo), cantidad (tres), y movimiento (caer)”[1].  Estas son, pues, categorías filosóficas de la dialéctica materialista; pero cada ciencia tiene sus propias categorías.

 

                                 Así, las categorías expresan aspectos particulares esenciales de los fenómenos, y, en ese sentido, “se convierten en el medio que permite conocer la realidad…”[2], y estas desempeñan, por lo tanto, una función metodológica.

 

                                 Las categorías de la dialéctica materialista que reflejan una realidad objetiva contradictoria, se expresan, a su vez, por pares contradictorios en los que, a su vez, una categoría se convierte en la otra en el movimiento del objeto.  Están históricamente dadas conforme el avance de los conocimientos del conjunto de las ciencias, y, por lo tanto, no constituyen un sistema fijo e inmutable.

 

 


*        En todo caso, el enunciado de esta afirmación como ley, requerirá de su argumentación demostrativa, la cual    daremos en otro fascículo.

[1]        Kursánov, G; Problemas Fundamentales de Materialismo Dialéctico; Ediciones Palomar; México, 1966; p.215.

[2]        Ibid. p.217.