Breviario Materialismo Dialéctico. Cap. III. Dialéctica. 1) Dialéctica.

17.10.2016 16:53

Breviario

Materialismo Dialéctico.

Cap III.  Dialéctica.

1)      Dialéctica.

Luis Ignacio Hernández Iriberri.

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17 sep 16.

 

Cap. III.  Dialéctica.

 

1)      Dialéctica.

 

                                 En una de sus formas en su origen, la dialéctica se refiere a la disputa mediante la palabra, propia a los sofistas en el siglo V ane; Protágoras, como el más importante de ellos, incluso de pensamiento materialista y portador de la democracia esclavista.  Un siglo después, esa dialéctica derivó en la “sofística”, una “sabiduría falsa”, como la llamaba Aristóteles, que, pretendía mediar el discurso haciendo pasar por verdadero lo que era falso.

 

                                 Pero el pensamiento dialéctico entendido como el pensamiento de la mentalidad de todo lo existente en su contrario, parte de Heráclito (544-483 ane), uno de cuyos principales aforismos expresa: “Este mundo, que es siempre el mismo, que no lo ha creado ningún Dios ni ningún hombre, ha sido, es y será, fuego eternamente vivo que se enciende con medida y se apaga con medida.  En Heráclito, en esa otra forma de su origen, la dialéctica es el análisis de las contradicciones, es decir, de cómo un opuesto se convierte en su contrario; y fue Platón (ss.IV-V), el que comenzó a referirse a esa manera de pensar, como dialéctica.

 

                                 En la Edad Media, la sociedad feudal, la dialéctica se refirió a la lógica aristotélica (o lógica formal), por oposición a la retórica.  Y en el Renacimiento, en los orígenes de la sociedad capitalista, la dialéctica como el análisis de la contradicción fue retomada tanto por Nicolás de Cusa (1407-1464), como por Giordano Bruno (1548-1600).

 

                                 El pensamiento dialéctico, no obstante, se pierde durante la Ilustración, en que es suplida; por la influencia de los trabajos principalmente de Newton (1643-1727), por el mecanicismo.  Sin embargo, el debate entre el empirismo y el racionalismo acerca del origen del conocimiento, a  lo largo del siglo XVIII, condujo necesariamente a su solución dialéctica hacia fines del mismo.

 

                                 Pero este trabajoso renacer de la dialéctica, tuvo que àsar todavía por su consideración en la filosofía idealista tanto de Kant (1742-1804), como de Hegel (1770-1831).  Con Kant reaparece la dialéctica en forma de la contradicción, que llama “antinomias” (el choque del “sentido común” -enmarcado en esa fenomenología de Kant-, y la cruda realidad; y finalmente, es con Hegel que la dialéctica se expresa en toda su dimensión, si bien de manera invertida en el pensamiento idealista metafísico.  Marx y Engels así lo reconocen cuando dicen: “…por vez primea…, se concibe todo el mundo de lo natural, de la historia y del espíritu como un proceso, es decir, en constante movimiento, cambio, transformación y desarrollo, intentando además poner de relieve la conexión interna de este movimiento y desarrollo”[1].

 

                                 Finalmente, Marx y Engels quitan el carácter idealista a la dialéctica de Hegel, y la invierten en su forma materialista.  Ya no será el “Espíritu” el que rija los procesos de cambio, transformación y desarrollo, sino que ello ocurrirá como un proceso natural tanto en la naturaleza, como en la sociedad y el pensamiento.

 

                                 Surge así un nuevo pensamiento filosófico: la dialéctica materialista, en donde los opuestos se conjugan; el ser y el conocer forman una unidad indisoluble de puestos, en la que no sólo uno no puede entenderse sin el otro, sino en la que uno se transforma en el otro en su devenir; y ese devenir es la historia de la lucha de los opuestos (el principio de historicidad), sin el cual, los mismos, no se pueden entender.

 

                                 En el entendimiento de este proceso histórico de transformación y desarrollo de los contrarios en las cosas, se dan una serie de elementos teóricos formales: postulados, principios, categorías y leyes de la dialéctica materialista, que hacen de ésta una filosofía científica rigurosa; destinada, como lo expresara Marx, no sólo como teoría para interpretar el mundo, sino principalmente, como método para transformarlo.  El marxista no debe recrearse en la teoría de la dialéctica materialista; sino debe utilizarla, aplicarla al entendimiento concreto de los fenómenos.  No debe hablar en abstracto de las contradicciones, sino encontrarlas en cada proceso concreto, y explicarlo en función de ellas, en miras de su transformación.

 

                                 En los siguientes artículos de este Breviario trataremos por ahora el aspecto teórico de los elementos de la dialéctica materialista, como para dejar a algún subsiguiente el tratamiento de sus aplicaciones.

 


[1]        Engels, Federico; Antidüring; Editorial Pueblos Unidos; Montevideo, 1969; pp.33-34.