Breviario Materialismo Dialéctico. Cap. II. Conciencia, Pensar y Conocimiento.
Breviario
Materialismo Dialéctico.
Cap II. Conciencia, Pensar y Conocimiento.
Luis Ignacio Hernández Iriberri.
www.dimensionalidad.webnode.mx
16 sep 16.
Cap. II. Conciencia, Pensar y Conocimiento.
El reflejo sensorial constituye el primer acto de la conciencia (a manera de ese “reaccionar ante…, o darse cuenta de…, un mundo exterior”), que Kursánov llama, “conciencia sensorial”; mas “la forma superior de la conciencia -nos dice el mismo Kursánov-, es el pensamiento”[1]. “La conciencia -nos dicen por su parte Rosental e Iudin-, es la forma superior del reflejo de la realidad objetiva”[2]. Es decir, es la forma más elaborada y acabada de la comprensión del mundo por el individuo, y de su propio lugar en él. La conciencia se forma en el proceso de la actividad laboral socio-productiva, según el lugar que se ocupa en las relaciones de producción.
La conciencia, en este nivel a que se refieren Rosental e Iudin, es lo que da significación y sentido a lo pensado, que se exterioriza a través del lenguaje orientando los sentimientos, la voluntad y propósitos del individuo. La conciencia, en su forma más elevada, tiene como base el aumento de los conocimientos, sociales y científicos en general, dados en el individuo (la historia, las ideas políticas, jurídicas, éticas y estéticas), dirigidas por la actividad socio-productiva o práctica social, de modo que en ella se expresa, a su vez, el problema fundamental de la interpretación del mundo: el de si la primacía es de la realidad material sobre la conciencia, formando una conciencia filosófica materialista; o inversamente, si la primacía es de la conciencia por sobre la realidad material, formando la conciencia filosófica idealista.
La conciencia pertenece al mundo de lo subjetivo, de lo ideal, de modo que, como reflejo de la realidad objetiva, la conciencia es una representación, en la esfera de lo subjetivo, de la objetividad de la realidad. Así, si la forma superior de la conciencia que parte desde lo sensorial (inicio del proceso psíquico del reflejo), es el pensamiento; resulta a su vez, que la forma superior del pensamiento es, a su vez, la conciencia en su forma más eleva; es decir, en su forma del conocimiento elaborado por el pensamiento o deducido.
De este modo, la conciencia en su forma superior, es un producto elaborado por el pensar; “no consiste solamente en un reflejo sensorial de los objetos y fenómenos, sino también de abstracciones, conceptos, hipótesis y teorías”[3]. El pensar es la forma superior de la conciencia, por cuanto a hacer de la conciencia todo el proceso de la teoría del reflejo, desde su forma sensorial. Pero se puede afirmar dialécticamente a su vez, lo inverso: que la conciencia es la forma superior del pensamiento; ahora por cuanto a referirnos exclusivamente a los conocimientos deducidos que hacen las formas más elevadas de la conciencia.
Aquí se dirime ese fenómeno complejo que se origina en el debate baconiano-cartesiano, acerca de cómo se origina el conocimiento; si por la actividad empírica (Bacon), o si por la actividad racional (Descartes); y el conocimiento tiene una solución baconiana, si tomamos la teoría del reflejo en su conjunto, en su totalidad como proceso de la conciencia desde la “conciencia sensorial”; pero a su vez, tiene una solución cartesiana, si nos referimos sólo a las formas más elevadas de la conciencia, que ya no son resultado directo de lo sensorial en la percepción empírica, sino producto indirecto, teórico o racional, de los grados de abstracción y deducción del pensamiento a partir de lo dado sensorial y empíricamente.
La conciencia, ya no sólo como ese “reaccionar ante…, o darse cuenta de…, un mundo exterior”, es el conocimiento dado de los sensorial; pero es, a su vez y en su forma más elevada, como el producto elaborado por el pensamiento en los conocimientos deducidos; la conciencia representa, pues, todo el proceso de la teoría del conocimiento dada en la teoría del reflejo. Es en el proceso de la conciencia que se forma el pensamiento ya no sólo intuitivo, sino esencialmente racional, deductivo, con lo que, a su vez, se elaboran las formas más elevadas de la conciencia.
[1] Kursánov, G; Problemas Fundamentales de Materialismo Dialéctico; Ediciones Palomar; México, 1966; p.107.
[2] Rosental, M.M-Iudin, PF; Diccionario de Filosofía; Ediciones Pueblos Unidos; Montevideo, 1965; v. Conciencia.
[3] Kursánov, G; Problemas Fundamentales del Materialismo Dialéctico; Ediciones Palomar; México, 1966; p.101.