Aplicación del Materialismo Dialéctico a la Teoría de la Educación. Formalizacíón teórica de la educación: Postulados, Principios y Teoremas.

03.08.2017 14:50

Aplicación del Materialismo Dialéctico

a la Teoría de la Educación.

Formalización teórica de la educación:

Postulados, Principios y Teoremas.

Luis Ignacio Hernández Iriberri.

https://dimensionalidad,webnode.mx/

(1 jul 17).

 

 

               Postulados, Principios y Teoremas.

                                          

                                           El postulado es aquello que se establece como punto de partida, sin más demostración que la experiencia social históricamente dada.  A nuestro juicio, en educación, como primer postulado, podemos afirmar que: la enseñanza es transmisión del conocimiento, de una generación a otra, garantizando la sobrevivencia y continuidad de la especie humana (no es “conducta”, ni “construcción”, ni “juicio de la experiencia”).

 

                                           Luego, esa transmisión del conocimiento de una generación a otra es, por definición, un hecho socialmente determinado, y, en consecuencia, ello es fundamento de la afirmación, en un segundo postulado, de que: la educación es un hecho social (no es del individuo, ni de su psicología, o de sus emociones).

 

                                           Así, y como un tercer postulado: el fin de la educación es la generación de conciencia; esto es, del reconocimiento del sujeto como ser social, entendiendo el mundo en sus causas y esencia en un conocimiento objetivo, verdadero, que lo ponga en capacidad de transformarlo en una dirección positiva.

 

                                           Sobre la base de estos postulados (si bien pudieran enunciarse algunos más), se establecen los principios, como las leyes más generales y esenciales, en este caso, del proceso educativo.  Así, si el aspecto esencial es la enseñanza, y la enseñanza como un hecho social generador de conciencia acerca de la multilateralidad del mundo (del conocimiento tanto de la naturaleza como de la sociedad y del pensar), entonces podemos enunciar como un primer principio ese enfático adagio establecido por Juan Amos Comenio (1592-1670), de: <<Enseñar a Todos de Todo>>.

 

                                           Enseñar a todos de todo en función de formar una conciencia no sólo acerca del mundo natural, sino esencialmente sobre el mundo social, suponiendo, como un segundo principio: una educación no sólo formadora del intelecto, sino de la responsabilidad y compromiso social en una formación moral, como de la valoración positiva del mundo en la apreciación estética delo bello y el arte.

 

                                           De este modo, se educa para formar la inteligencia humana, de manera que no sólo llegue a completar una emancipación de la naturaleza, sino, principalmente, para que alcance estadios cada vez mayores o más elevados, de libertad; de donde un tercer principio de la educación es que: se educa para la libertad.

 

                                           Y, en el entendido de que la educación como fenómeno social no es un asunto del sujeto en lo individual, ni mucho menos, en lo formal, por él mismo (sin que eso niegue su posible aprendizaje autodidacta que no sólo será deseable, sino algo necesario a formar en él), esa educación no sólo debe ser para una conciencia en sí de su propia naturaleza o identidad social humana, sino, más aún, de una conciencia para sí como ser social humano, con lo cual cristalice como fin último de la educación, esa humanización del ser humano; esto es, que, como un cuarto principio, en nuestra consideración, está: la educación para el fin último de la humanización del ser humano, como realización social del mismo; es decir, como la consumación del ser humano real.

 

                                           Así, de este breve conjunto de postulados y principios, puede deducirse la afirmación categórica de sus teoremas fundamentales; esto es, de una proposición demostrable en los marcos de la teoría educativa en que se define, en este caso, de la educación popular con un fundamento materialista dialéctico.

 

                                           En ese sentido, un primer teorema que se deduce, es que: <<Toda educación ha de ser para un proceso de transformación plena, omnilateral, del ser humano, y en su esencia misma>>.  Luego, como un segundo teorema de la educación popular marxista, está la afirmación categórica que se sigue del teorema anterior, y es que: <<Toda transformación educativa del ser humano, ha de convertirlo en un sujeto de los más amplios y profundos conocimiento intelectuales, inmerso en las relaciones sociales, y, por lo tanto, morales, en los valores más elevados, del amor al trabajo y el sacrificio por la sociedad>>.

 

                                           En consecuencia, esa formación plena, omnilateral y armónica de su desarrollo, nos permite establecer un tercer teorema de esta teoría educativa: <<Toda educación en el individuo, debe fomentar la apreciación por lo bello y la cultura en la apreciación creativa, sin esperar recompensa por lo creado>>.

 

                                           Finalmente, desde siempre, un problema a resolver en la educación ha sido el necesario vínculo de ésta a la producción, y, por lo tanto, la función de la escuela frente al trabajo.  En nuestro planteamiento esto constituye un esencial problema en el proceso formativo del individuo, no tanto por el hecho de que la producción ha de determinar el contenido de la educación; lo que de manera simple dado en el capitalismo, se convierte en un proceso enajenante; sino por el hecho inverso en el que una formación culta, humanista, que dirija ideológicamente el proceso productivo, el trabajo favorece, entonces, la formación armónica, responsable y socialmente comprometida del individuo.  No sólo es la educación para el trabajo (que en el capitalismo se reduce a la enajenante capacitación operaria simple, en función de la capitalista “ganancia máxima”; sino, más esencialmente aún, es el trabajo para la educación, el trabajo para la formación moralmente íntegra del individuo, para su realización social humana; y así, un cuarto teorema que puede enunciarse es que: <<Toda educación ha de servir ideológicamente para guiar el trabajo y la producción en beneficio social, como la producción y el trabajo ha de servir para la formación armónica del individuo en su responsabilidad y compromiso social>>.

 

                                           Creemos que en estos cuatro teoremas, a reserva de su expresión quizá más plena, se sintetiza todo lo que puede entenderse por la educación popular con un fundamento dialéctico materialista, es decir, por una educación de masas en una dirección ideológica proletaria, socialista.