5. Consistencia Lógica del Desarrollo de la Geografía Sobre la Base de los Postulados de Eratóstenes: Las teorías de la “asimetría causal de rotación” y “simetría dimensional”. g) teoría del espacio geográfico.

06.06.2019 13:28

5.  Consistencia Lógica del Desarrollo de la Geografía

Sobre la Base de los Postulados de Eratóstenes:

Las teorías de la “asimetría causal de rotación”

y “simetría dimensional”

g) teoría del espacio geográfico.

Luis Ignacio Hernández Iriberri.

https://dimensionalidd.webnode.mx/

 

  3  La dimensionalidad en una de sus propiedades

      más esenciales; la simetría.

 

                                    La Luna tiene una función determinante tanto en la estructura del espacio como de su movimiento; a su vez, el fenómeno de la “inercia toroidal” del espacio geográfico se aprecia aún más en el comportamiento de los estados de espacio continuos de campo, en donde tanto el Sol como la Luna desempeñan una función muy importante en su deformación (todo lo cual a lo que ya no nos referiremos aquí).

 

Espacio geográfico destacándose el estado de campo

o continuo de la magnetósfera,

 

                                 Llegamos a la noción de que la estructura y movimiento de la dimensionalidad de la esfera terrestre era sólo, necesariamente, el primer paso; el segundo paso nos vino dado de la analogía con la cristalografía: si esos planos y ejes de simetría se mueven, tal como se revela paleogeográficamente, ellos cambian a su vez sus ángulos, y tal como ocurre con los cristales, ello determina la rigidez o plasticidad del sistema espacial, que explica la manifestación de los estados de espacio en la esfera terrestre.

 

                                 El espacio geográfico ha evolucionado a lo largo de la historia de la Tierra, de una plasticidad absoluta, a una solidificación o rigidez parcial (reflejada en el estado de espacio de la litósfera cortical): es decir, el espacio o dimensionalidad no es un estado “muerto”, rígido, sin más movimiento.  Ha evolucionado así, de una condición amorfa en la que la simetría dimensional estaba totalmente perturbada siendo totalmente asimétrica; a tender a una simetría dimensional cada vez más rígida y uniforme.

 

                                 Esto es, la simetría dimensional está compuesta de tres elementos básicos: ejes de simetría (x,y,z); planos de simetría (a,b,x); y ángulos de simetría (alfa, beta, gama)[b]:

 

El espacio geográfico: la simetría dimensional relativa, 

con plano oblícuo en los 35° de latitud, de simetría absoluta.

[Pulsar en imagen para amplificar]

 

                                 Durante el proceso de formación de esta dimensionalidad (como hipótesis), se ha pasado de una determinación amorfa donde ni ejes, ni planos, ni ángulos han sido simétricos, a una dirección de una simetría de éstos en donde tenderá a hacerse cada vez más regular (hipótesis).

 

  

De la estructura del espacio geográfico amorfo y totalmente inestable, 

a la estructura del espacio geográfico regular y estable.

[Pulsar en imagen para amplificar]

 

                                 En un principio nosotros vimos esta tendencia como una condición inherente a la dimensionalidad en el proceso de su transformación del campo continuo vacío, a la masa discreta plena (situación que antecede a las relaciones causales posteriores de la “asimetría causal de rotación” de Katterfeld).

 

                                 Con todos estos elementos teníamos determinada ya la estructura y dinámica del espacio geográfico; es decir, la estructura y dinámica de la dimensionalidad para el caso de la esfera terrestre; lo que seguía, era determinar las causas de ello y de su movimiento, y ello nos vino dado ya del trabajo de Katterfeld: la historia natural de la presencia de la Luna y de su movimiento.

 

                                 Por último, cabe hacer notar que en esta exposición hemos prescindido de categorías utilizadas en otras ciencias (del lenguaje de éstas), enfatizando la categorización de una teoría de la geografía con sus propias categorías; entendiendo que las categorías son conceptos fundamentales propios de una teoría o ciencia dada.  Pueden estar, y están ahí, como como conceptos generales en otros campos del conocimiento; pero en una teoría dada, esas categorías como tales, se estructuran dialécticamente como método de conocimiento de esa ciencia, en este caso, de la teoría de la geografía, y en particular del espacio entendido en ella.  Y lo hemos hecho así, enfáticamente, para eliminar ese viejo vicio formado en siglos, de la manera de entender la geografía en forma estraboniana, en la que la geografía no se entendía de manera propia, sino a través de otras ciencias reducida a “ciencia aplicada”, como consecuencia de un error lógico de sustitución de tesis históricamente dado por Estrabón.

 

                                 Nos tocó vivir un momento histórico en la historia de la geografía, extraordinario, y el aplicar en su solución a su formalización teórica científica el materialismo dialéctico (en su forma del “marxismo ortodoxo” y no en ninguna versión revisionista como el “neomarxismo” de la “Escuela de Frankfurt”, ni del “marxismo crítico”, o peor aún, del “marxismo posmoderno”); y ello nos hizo ser el protagonista de tal momento definitorio en el pensamiento geográfico.

 

                                 Encontramos que el objeto de estudio de la geografía es el espacio (1981), un espacio que lo más que le distinguíamos, era la diferencia de su concepto de un espacio cuántico como de un espacio cósmico.  Determinamos que lo que había que estudiar, era el espacio; desde su realidad y naturaleza en sus propiedades, vínculos y leyes; pero acerca de qué era el espacio mismo, en ese entonces, no sabíamos nada (y de hecho, empezando porque la ciencia en general, tampoco); lo escaso de la comprensión de sus propiedades, no nos permitía definirlo; y entonces, siendo consecuentes con la aplicación del método científico (fundado en la dialéctica materialista), por las siguientes tres décadas nos centramos en desentrañar esas propiedades, tanto en sus fundamentos filosóficos como físicos, para luego poderlas traducir a la geografía.

 

                                 Su fundamentación filosófica, abstracta, la teníamos ya sin lugar a dudas (2009), y en función de ello empezamos a tratar de explicar sus posibles propiedades y leyes con las herramientas de la geometría; pero faltaba la demostración física concreta, la que finalmente llegó con el descubrimiento del “Bosón de Higgs” (2012), verificando el fundamento filosófico; y más aún, convergiendo simultánea e independientemente con el trabajo geográfico de G.N Katterfeld, que venía desde 1962, y que en este último momento conocimos.  Entonces, finalmente, pudimos dar una definición objetiva no sólo del espacio en general (en los fundamentos filosóficos del materialismo dialéctico), sino de espacio particularmente estudiado en geografía; y aquella noción general y ambigua de referirnos exclusivamente al “espacio geográfico”, se tradujo como la “dimensionalidad”[c].

 

 

 


[b]      Desgraciadamente esta plataforma no es lo suficientemente versátil y no nos permite escribir los caracteres del alfabeto griego (sino a un costo que o podemos solventar).

[c]      Concepto que retomamos para el título de este Blog creado en 2015, en que publicamos ahora nuestros materiales luego de que, oscurantistamente, a mediados de 2014, se provocara un daño a nuestro anterior Blog: https://espacio-geográfico.over-blog.es/, que habíamos creado desde 2009.