1. Consistencia Lógica del Desarrollo de la Geografía Sobre la Base de los Postulados de Eratóstenes. La Teoría de las esfrágidas.
1. Consistencia Lógica del Desarrollo de la Geografía
Sobre la Base de los Postulados de Eratóstenes.
La Teoría de las esfrágidas.
Luis Ignacio Hernández Iriberri.
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1 La teoría de las esfrágidas.
El conocimiento acerca de las diversas facetas del mundo se origina con el origen mismo del ser humano, de manera empírica y espontánea. Una de esas facetas del mundo, es el espacio, de origen, entendido como el “lugar” físico de las cosas. Cada faceta de la realidad es estudiada por una ciencia específica, el conjunto de las cuales comenzó a ser sistematizada formalmente con Aristóteles (384-322 ane), y sus discípulos en el Liceo en el siglo IV ane; y esa faceta del estudio del espacio en su definición por Aristóteles como el “límite que abraza un cuerpo”; por lo cual puede entenderse su superficie dado que Aristóteles no reconocía la existencia del vacío, mismo que podría funcionar como posible “límite adyacente” que abraza un cuerpo; se definió, para el caso del espacio terrestre[a] diferenciado del espacio cósmico propio de la astronomía, o del espacio en sí mismo propio de la filosofía o de la física, como campo de estudio de la Geografía (de gea, deidad de la Tierra; y grafía, representación o descripción mediante su representación en mapas, o donde el mapa es la representación gráfica de la Tierra), denominación sintetizada por Eratóstenes en el siglo III ane, precisamente en su obra Geografía (h. 230 ane), retomando todo lo hecho en este ámbito desde el siglo VI ane por Anaximandro y su Perimetrón o primer mapa del mundo conocido; por Hecateo, discípulo de Anaximandro, que reproduce y detalla su mapa; por Eudoxo (390-357 ane), quien ideó la Esfera Armillar y propuso la medición en grados de latitud y longitud; por Eudemo (370-300 ane), discípulo de Aristóteles, quien determinó la latitud de los Trópicos en 24°; y Dicearco (355-285) ane), a su vez, discípulo de Aristóteles, quien elabora un nuevo mapa del mundo, en el que particularmente traza, perpendicular al Meridiano de Rodas sobre el paralelo 36° de latitud norte, su concepto del Diafragma, en la noción de la simetría del Ecúmene.
Eratóstenes (276-196 ane), en su Geografía (h. 230 ane), expuso los fundamentos teóricos de esta ciencia de los cuales resumimos aquí su objeto de estudio y sus postulados. De los datos antecedentes, el conocimiento referido a “lo geográfico”, estaba dirigido al conocimiento del espacio terrestre; esto es, al conocimiento de la forma y magnitudes de la Tierra, de sus localizaciones y distribuciones, y de sus límites y extensión, como propiedades espaciales estudiadas hasta entonces. Pero la noción del espacio que venía desde Anaximandro, era la del ápeiron (de a, sin; y, peras, límite, lo “sin límite”, lo “indeterminado”, lo “infinito”), que un siglo después para el momento de Demócrito (460-370 ane), se entendía ya como el vacío. Aristóteles (383-322 ane), en la generación siguiente inmediata a Demócrito, como hemos visto, no aceptó las ideas del vacío o del ápeiron, y dio su propia definición del espacio en la extensión superficial, definición que, evidentemente, no sólo hacía del espacio algo asible, sino, con su autoridad, algo más aceptable por Eratóstenes, quien, explícitamente criticando a Demócrito, optó por la definición del espacio de Aristóteles.
A partir de la determinación del objeto de estudio de la geografía como el espacio; de naturaleza y propiedades de éste derivarán los postulados de partida de la teoría de la geografía: 1) el que la geografía, en consecuencia, es una ciencia natural; 2) el que, como ciencia acerca del espacio como una faceta natural de la realidad, hace de la geografía una ciencia física; y, 3) dadas las propiedades del espacio (límite, extensión, distancia, etc), hace de la geometría su método, y define a la geografía como una ciencia matemática.
Acompaña a la introducción del término de “geografía” por Eratóstenes, el notable hecho de pensamiento en éste, dado en la determinación del valor del perímetro de la Tierra, con lo cual se daba una delimitación métrica del espacio terrestre en el concepto aristotélico; y sobre la base de la observación de la forma de los continentes, propuso el primer paso dado en dirección de la consistencia lógica del estudio del espacio terrestre, su teoría de las esfrágidas (de esfrágida, gema; en alusión a la geometría), viendo en la figura de ciertas regiones continentales, del limitado y disforme mundo de su época, una disposición de las figuras geométricas básicas regulares por ejemplo, de un rombo en el caso de la India; o un cuadrángulo para Oriente Medio; o un triángulo para el sur del Próximo Oriente).
Se dio así, un primer momento histórico en el desarrollo de la consistencia lógica de la geografía sobre la base de los postulados de Eratóstenes, que se desplegó por los dos siglos siguientes, y ya dificultosamente, tres siglos más hasta el siglo II dne, con Crates (240-175 ane), y la construcción del primer Globo Terráqueo exponiendo en él la teoría física de los “contrapesos” al Ecúmene (con los continentes Antecos, Periecos, y Antípodas), necesaria en la simetría físco-geométrica del espacio terrestre; con Hiparco (190-120 ane), y la construcción de sus Proyecciones Cartográficas, generalización de las esfrágidas, aportando con ello la metodología geométrica para el estudio mensurable del espacio y sus propiedades; con Gémino (h. 150 ane), y la determinación de las posiciones astronómicas de los lugares, con Marino (h. 120 ane), y la continuación del estudio de las propiedades de las proyecciones cartográficas, si bien, a su vez, a parir de quien comenzó a decaer el conocimiento geográfico científico; y finalmente, ya en el siglo II dne, en el máximo esplendor del Imperio Romano, con Ptolomeo (90-168 dne), y su Almagesto, siguiendo los trabajos de Hiparco, Gémino y Marino, precisando localizaciones y actualizando la información del contenido cartográfico con las exploraciones habidas hasta entonces.
Pero advino el periodo del Imperio Romano que se inicia con Augusto en el año 31 dne, y llega a Teodosio en el año 395, en que dicho Imperio se divide en Oriente dando lugar al Imperio Bizantino hasta 1453, y Occidente, en Roma, que subsiste por un siglo y cae en el año 476; lapso en el cual decae por completo el pensamiento científico y es suplido paulatinamente por el pensamiento teológico, de modo que el segundo momento histórico en el desarrollo lógicamente consistente del conocimiento geográfico, se podría decir que ocurrió hasta la vuelta al pensamiento científico en el periodo del Renacimiento. No obstante, más que con la consistencia lógica del conocimiento científico geográfico, con la consistencia lógica del conocimiento filosófico en cuanto al conocimiento propio del espacio, en el siglo VI, con el monje navegante Cosmas Indicopleustes, en su Topografía Cristiana (que incluía las nociones de su Geografía escrita aparte y perdida), en una representación cosmológica en donde la Tierra, que se ha convertido en una noción plana, forma la base de la abstracta “Arca de la Alianza” como un recipiente con una clara idea de la tridimensionalidad, que contiene al Universo; por lo que con ello, se hace, desde la metafísica, el desconcertante aporte de la noción del espacio terrestre aristotélico, vinculado a un espacio tridimensional; por lo que, con toda su dificultad, ubicamos a este aporte como el segundo momento histórico en el desarrollo lógicamente consistente en el conocimiento geográfico, si bien en este caso, por vía de lo filosófico.
[a] Es “espacio terrestre” es el caso particular de lo que en general denominamos como “espacio geográfico”, esto es, la dialéctica de la materialidad continuo-discreta.